Respuestas
Respuesta:
Los cuerpos de los niños son distintos a los de los adultos.
Los niños tienen más probabilidades de enfermarse o de lesionarse gravemente.
Ellos inhalan más aire por libra de peso corporal que los adultos.
Tienen la piel más delgada y más piel por libra de peso corporal (una mayor proporción de superficie por masa).
La pérdida de líquidos (p. ej., deshidratación o pérdida de sangre) puede tener un efecto mayor en los niños porque ellos tienen menos cantidad de líquidos en el cuerpo.
Los niños tienen más probabilidades de perder demasiado calor corporal.
Pasan más tiempo afuera y en el suelo. También se meten las manos en la boca más a menudo que los adultos.
Los niños necesitan la ayuda de los adultos en una emergencia.
Ellos no entienden completamente cómo mantenerse a salvo.
Los niños mayores y los adolescentes pueden seguir las indicaciones de otras personas.
Pero los niños pequeños pueden quedarse paralizados por el temor, llorar o gritar.
Es posible que no puedan explicar lo que les duele o les molesta.
Tienen más probabilidades de recibir los cuidados y la atención que necesiten si tienen cerca a sus padres o a otras personas a cargo de ellos.
Las leyes exigen que un adulto tome las decisiones médicas relacionadas con los niños.
Hay información limitada acerca de las maneras en que algunas enfermedades y medicamentos afectan a los niños. A veces, los adultos tendrán que tomar las decisiones con la información que tengan en ese momento.
El estrés mental causado por un desastre puede afectar más a los niños.
Ellos tienen menos sensación de estar en control.
Entienden menos la situación.
Tienen menos experiencia acerca de cómo salir de una situación difícil.
Explicación:
cuando éramos pequeños nos decías que nos lavaramos las manos con jabón pero conforme vamos creciendo aprendemos a cuidarnos nosotros mismos