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El problema no es la tecnología, es el uso que le das
La Asociación Española de Pediatría ha elaborado un decálogo sobre el buen uso de las tecnologías en familia y en su primer punto coincide con Enrique Dans en que la tecnología en sí no es mala (más bien al contrario), sino que el problema reside en el uso que se le da.
“El móvil puede ser muy adictivo porque te ofrece todas las posibilidades de ocio habidas y por haber”, reconoce Enrique Dans, quien añade que, “lógicamente, requiere que lo controles”. Este experto pone como mal uso el hecho de que haya padres que le dan el móvil al niño y éste se tira hasta las 3 de la mañana con él jugando debajo de las sábanas. “Esto es demencial”, sentencia “cuando con un juguete no le dejarían hacer lo mismo”.
Una de las razones esgrimidas por Enrique Dans para dejar a un niño un móvil desde edades bien tempranas es porque, en su opinión, le prepara para estar en un entorno en el que este dispositivo va a tener un protagonismo muy importante. “Forma parte de su ecosistema en todos los sentidos: formativo, profesional, social… Es una herramienta que va a encontrarse en todos los aspectos de su vida y cuanto antes se familiaricen con ella, mejor para el niño”.
¿Es la edad el mejor criterio?
Por eso, Enrique Dans no entiende porqué a veces se marcan determinadas edades como convenientes o no para tener este tipo de dispositivos. Por ejemplo Esther Arén, inspectora de Policía Nacional, recomienda no dejar un móvil antes de los 12 años y menos aún con conexión a Internet.
«Si le das a un menor un coche con catorce años, sin carnet de conducir, sin acompañarle, está claro que no quedará ileso. Ahora a los niños de menos de 14 años le estamos dando terminales de última generación para que vayan a 200 por las redes sin que tengan idea», asegura esta policía, quien recuerda que «la propia WhatsApp dice que no se debe tener esta aplicación hasta los 16 años».
1. Forman parte de la realidad
Negar al niño el acceso al smartphone carece de sentido, cuando estos equipos forman parte de la realidad de los niños. Sus padres viven conectados, demás familiares y amigos de la escuela los tienen y usan a diario. Impedir el uso lúdico es contradictorio cuando se le permite a los niños jugar con computadores y tabletas.
2. El smartphone en clases es una oportunidad
Los maestros que permiten el uso de smartphone en los niños mientras están en clases pueden aprovechar la oportunidad para orientar el uso responsables de los dispositivos. Pueden enseñarles a usar herramientas educativas, buscar información de interés para la asignatura y potenciar la investigación rigurosa sobre el simple plagio.
3. Seguridad y contacto
Los padres tecnológicos usar el celular para estar en contacto con los hijos. Padres y niños pueden comunicarse entre sí ante cualquier eventualidad o emergencia. Muchos teléfonos celulares están equipados con sistemas de GPS, lo que permite a los padres rastrear el equipo y, por consiguiente, saber dónde se encuentra el niño.
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