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Es un llamamiento audaz por la igualdad hecho por hispanoamericanos o criollos a las autoridades españolas. “América y España son dos partes integrantes e integrantes de la monarquía española, y según este principio y el principio de sus mutuos y comunes intereses, nunca puede haber amor sincero y fraterno, sino reciprocidad e igualdad de derechos. Por esta razón, la exclusión de América de esta representación, además de hacerles la mayor injusticia, despertaría su desconfianza y celos y alienaría para siempre sus espíritus a esta unión "." Si el consejo entonces persuade a la gente para que vea a V. En la sesión central y en los tribunales ordinarios, no hubo la menor diferencia entre América y España, se cumplió con el deber sagrado que le impone la calidad de poderes públicos, y al mismo tiempo con la voluntad soberana de V. Por tanto, establecer la diferencia en esta parte entre América y España, significaría destruir el concepto de provincias independientes y las partes esenciales y fundamentales de la monarquía, y presupondría el principio de degradación. América, señor, no es ajena a la nación española.
Desafortunadamente para ellos, si tan solo un cambio aleatorio de residencia les traería un legado de ignorancia. “En términos de ilustración, América no tiene la futilidad de creerse superior, ni siquiera igual, que las provincias españolas. Gracias al gobierno despótico, enemigo de las luces, no podía esperar un rápido progreso en el conocimiento humano cuando no era más que un obstáculo para la comprensión. La prensa, el vehículo de luces y el conductor más seguro para distribuirlas han sido estrictamente prohibidos en Estados Unidos que en cualquier otro lugar. El hombre no es enemigo de su felicidad.
Si quieres equilibrar el otro lado, ten en cuenta que de diez a doce millones de almas con los mismos derechos pesan lo mismo que el plato que haces. "No te preocupes, Estados Unidos te separará.