Respuestas
Respuesta:
Redacción Política. En su imprenta patriótica, Nariño editó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, extraída de la Revolución francesa, un documento prohibido por su carácter progresista y revolucionario.
Explicación:
Respuesta:
l impreso de la Declaración de los Derechos del Hombre contenía los 17 artículos de la Declaración, un breve exordio y una nota final que celebraba el trabajo de los legisladores franceses en favor de la libertad, la igualdad y la propiedad en el mundo. Es probable que el impreso se pareciera mucho a la edición impresa en 1811, por el mismo Nariño y que lleva por título Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. El papel original no tenía pie de imprenta, pues se trataba de hacerlo pasar como traído de Europa, en particular como producto de las prensas parisinas, con el fin de cobrar unos reales de más por él. Como afirmó el mismo Nariño en su momento, “habiendo muchos literatos en esta capital que compran a cualquier precio un buen papel, como que he visto dar una onza de oro por el prospecto de la Enciclopedia, [pensé] sacaría más ganancia el impreso suponiéndolo venido de fuera y muy raro”.
El título del libro a partir del cual Nariño tradujo la declaración francesa ha sido motivo de debate durante años. Inicialmente, se daba por sentado que lo había hecho a partir de la Historia de la Revolución de Francia y de la Asamblea Constituyente del escritor monárquico y ultradefensor de Luis XVI, Galart de Montjoie, quien al parecer la habría insertado en su disertación para rebatirla (de allí que la obra hubiera podido superar fácilmente la censura eclesiástica cuando arribó al virreinato). Sin embargo, a partir del trabajo del académico Mario Germán Romero se sabe que la obra original que utilizó Nariño fue el tomo tercero de la Historia de la revolución de 1789 y del establecimiento de una Constitución en Francia escrita por François Marie de Kerversau y G. Clavelin al calor de los mismos acontecimientos. Aunque esta obra no estaba prohibida de manera explícita por el Tribunal de la Inquisición, desde diciembre de 1789 sí se había prohibido la introducción, impresión, venta o lectura de los Derechos del hombre en todos los dominios de la monarquía hispánica.
Esta edición había sido prestada a Nariño, sin ninguna advertencia o malicia, por el capitán de caballería Cayetano Ramírez de Arellano, sobrino del virrey Ezpeleta, y verdadero dueño del libro. El santafereño tradujo los apartes correspondientes a la Declaración y, días después, llevó el papel escrito de su puño y letra a su imprenta. Un sábado, Espinosa, el impresor, compuso el texto en cuestión de horas y, junto con Nariño, hizo y corrigió las pruebas de molde. A la mañana siguiente, con la ayuda del criado Juan José González imprimieron los ejemplares a puerta cerrada, no sin que antes el impresor se
Explicación: