Respuestas
1. Ataques sorpresa
Dicen que el que pega primero pega dos veces. Atacar sorpresivamente al enemigo mientras este tiene la guardia baja, fue una táctica de batalla que se difundió rápidamente. Al principio era visto como un acto de cobardía, pero la mayoría optó por aquello de que «en la guerra todo se vale»
2. Envolvimiento
Cuando el territorio lo permitía, los ataques por todos los frentes posibles eran uno de esos factores que paralizaban al enemigo. No era fácil verse rodeado por todos lados y las acometidas por la retaguardia eran letales. Para peor suerte de los envueltos, no había por dónde huir.
3. Puentes subacuáticos
Está ingeniosa idea fue utilizada por los soviéticos durante la Segunda Guerra Mundial. El método consistía en construir puentes con arena y troncos colocados justo debajo de la superficie acuática. La impresión nada fácil de digerir era ver a un ejército «caminando» por el agua yendo directo al enemigo.
4. Reserva
En las guerras antiguas los rivales no se guardaban ningún as bajo la manga y las batallas eran un todo o nada. Con la evolución del arte militar, los ejércitos empezaron a guardarse algunas cartas, manteniendo fuerzas de reserva que entraban en acción, cambiando frecuentemente el curso de la contienda.
5. Drogas para mejorar el rendimiento
Una especie de metanfetamina experimental fue utilizada por los nazis para incrementar el rendimiento de sus soldados en batalla. La poderosa droga convertiría a los soldados en resistentes zombis, capaces de recorrer grandes distancias con más peso en el lomo. La portentosa droga también incrementaba la agresividad de los soldados.
6. Animales en batalla
Los animales en batalla no solo aumentaban el poderío de un ejército, sino que también eran utilizados para enviar mensajes, transportar material bélico y como bombas andantes. A la hora de arriesgar la vida, los animales eran más difíciles de intimidar.
7. Tácticas psicológicas
Las guerras evolucionaron hasta un punto en el que la fuerza ya no lo era todo. Las tácticas y estrategias psicológicas lograron que ejércitos inferiores en soldados y equipos vencieran a enemigos teóricamente superiores. La psicología es incluso más importante sin combatir; ahí está el norcoreano Kim Jong-un para probarlo.