3 cronicas cortas k no sean muy largas


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Respuesta dada por: Elchore
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Esta mañana bajo una gélida temperatura primaveral se ha celebrado en el Parque Lineal del Manzanares de Madrid la VI edición del trofeo Páris, evento atlético por excelencia donde se han dado cita aquellos corredores populares que han conseguido sobrevivir con cierta dignidad a los fastos navideños. 

Ante las cámaras de Telemadrid, deseosas de mejorar una imagen que desde la retransmisión de la San Silvestre había quedado bastante deteriorada, los esforzados corredores – unos más que otros - han puesto todo su empeño en acabar cuanto antes los diez mil metros de los que constaba la prueba. 

Entre ellos ha participado un estresado Santi Palillo que, a pesar de ser constantemente jaleado por el numeroso público asistente, sobre todo por el infantil que es donde cosecha sus mejores adeptos debido a que por su corta edad - o sea la de los niños porque SP ya peina canas - todavía son carentes de la necesaria capacidad de discernimiento, no ha sido capaz de superar el reto que él mismo se había marcado en las semanas precedentes, lo que en el argot se conoce como "se la ha pisado él solito". 

Sin embargo queremos dejar constancia por ser de ley reconocerlo que lo ha intentado con todas sus escasas fuerzas disponibles, ¡ay Señor! que será de este chico en mayo si en enero ya no puede ni con su alma. 

En fin que, afortunadamente para él, por fin se ha terminado la agotadora temporada de diez miles para dar paso a una nueva y prometedora temporada de maratones y medios maratones que esperamos le rinda mejores resultados que los conseguidos en las distancias cortas. 

“Es que como soy diesel yo prefiero de medios maratones para arriba” han sido sus primeras declaraciones a la prensa presente, “para velocidad casi prefiero usar el coche” han sido sus segundas y últimas antes de que la prensa se marchase apresurada a entrevistar a otros personajes con declaraciones más explosivas. 

Como quiera que estaréis expectantes por conocer el resultado de su baldío esfuerzo dejaremos constancia en el blog del guarismo o registro conseguido, que se ha convertido por derecho propio en su segunda o tercera mejor/peor marca de su corta historia como veterano corredor del montón, si bien lo hacemos solo a efectos estadísticos. 

Que hable el registro por sí mismo mientras yo me tomo un cafelito con leche que falta me hace después de tantas emociones. 

El olvido llegó una mañana cualquiera. Se presentó casi sin avisar diluyendo poco a poco setenta años de vida en una nebulosa de recuerdos. Rafael remontaba el camino hacia su casa como hacia cada día desde que había dejado atrás los grises años en la fábrica. Se había despertado temprano, sin hacer apenas ruido. Un suave y tembloroso beso en la frente para no despertarla. Muchos días permanecía en silencio junto a la cama contemplándola. Recorriendo con sus ya vidriosos ojos cada pliegue de su piel, su rostro dibujado de arrugas, repasando en cada una todo lo vivido junto a ella. El largo noviazgo, los primeros años de matrimonio, el nacimiento de los niños, la pelea dura en aquellos momentos tan difíciles. Sus primeros viajes, y luego un larga convivencia que les había llevado cincuenta años después a compartir sus días de vejez. 
La cafetera protestó al amanecer y pronto la casa se inundó de olor a café recién hecho. Le preparó el suyo como cada día y dejó la taza humeante sobre la mesilla al lado de la cama. Cerró con suavidad la puerta al salir de la casa y calle arriba comenzaba la rutina que tanto le gustaba. Otro café, periódico y visita al mercado. Ese día había decidido sorprenderla. Flores frescas para el jarrón del salón, pan recién hecho y un poco de ese queso que tanto le gustaba a los dos. Entonces fue cuando el olvido comenzó a abrirse paso. Rafael apenas se dio cuenta. Fue un pequeño instante de desconcierto. En algún punto del camino, de regreso a casa, no fue capaz de recordar como llegar. Miraba un poco desconcertado los comercios, algún vecino que le saludaba al pasar. Desorientado y confuso. Pronto, volvió a la realidad. Habían sido solo unos pocos segundos, o al menos eso le había parecido. Pero el olvido ya había empezado a abrirse paso en sus recuerdos.

son las que me se amiga espero y te sirvan ;D


Elchore: la primera termina en donde dice Que hable el registro por sí mismo mientras yo me tomo un cafelito con leche que falta me hace después de tantas emociones.
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