Cuáles eran los rasgos del discurso político que debian ser removidos? (en la desperonización).
Respuestas
Explicación:
El problema político más grave que afrontó el antiperonismo desde su triunfo por la vía armada en
setiembre de 1955 fue ¿qué hacer con el peronismo?. La solución consensuada, desperonización.
Esta se convirtió en el signo distintivo y la nueva fuente de conflictos, violencias y frustraciones del
gobierno surgido de la autodenominada “Revolución Libertadora”.
Si bien la estrategia de desperonización,- a diferencia de las de desfascistización y desnazificación
en las que se inspiraba-, fracasó y resultó política y moralmente condenada, quedando a la larga
sepultada en el olvido por la mayor parte de sus impulsores, constituyó en la etapa histórica que
analizamos una salida política legítima para la mayor parte del antiperonismo.
El texto analiza, por un lado, las ideas, sentimientos y experiencias que fundamentaron el objetivo de
desperonizar y por otro, la materialización de las políticas desperonizadoras en el contexto de los
gobiernos de los generales Lonardi y de Aramburu.
Consideraciones iniciales sobre el antiperonismo.
El antiperonismo no fue homogéneo en la sociedad, en los partidos, ni en el gobierno. Lo unió un
acuerdo inicial de intolerancia hacia el gobierno peronista que había perseguido a la oposición,
atacado los intereses y valores culturales de las clases más establecidas, cultivado un estilo
transgresor que fue visto como reñido con la moral, la austeridad republicana y la respetabilidad
digna de la clase política. A ello se sumó el rechazo a la vocación hegemónica del peronismo que
premiaba y exigía la lealtad, condenando el derecho a discrepar1
.
El rechazo al modelo político-social igualitarista del peronismo y particularmente a Juan Domingo
Perón fue unánime entre los sectores que adhirieron a la “Revolución Libertadora”. Este acuerdo
constituyó el carácter distintivo del antiperonismo, su definición por el opuesto y su negativa a
reconocerle legitimidad política alguna. Sin embargo, esto no excluye que dentro del antiperonismo
se construyeran, por lo menos, dos interpretaciones distintas sobre lo que el peronismo había
significado en el desarrollo político de la Argentina.
Hubo un antiperonismo tolerante con el “vencido” que vió en el peronismo un proyecto de cambio
económico y social malogrado por el fuerte personalismo de Perón y que denunció la obsecuencia,
corrupción e ineficiencia de su personal político. Este antiperonismo,-que separó al “régimen” de sus
partidarios- estuvo dispuesto en la nueva etapa a reconocer al peronismo como identidad política,