Dificultades económicas que el radicalismo tuvo que enfrentar brevemente

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Respuesta dada por: Luisangela044
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En ciencia política y sociología, gran parte de los debates actuales sobre los partidos políticos modernos se concentran en dos importantes dimensiones: la electoral y la organizativa (Cotta, della Porta y Morlino 2001)1. La primera da cuenta del grado de apoyo que un partido -y por ende sus líderes- reciben de los ciudadanos a través del voto. Dicho apoyo puede variar dependiendo del período temporal o de las diversas áreas o regiones (nación, provincia o municipio) en las que se presentan las candidaturas. Además, el comportamiento electoral permite estudiar cómo interactúan los partidos al interior de un sistema que de acuerdo a la clasificación de Sartori (1980: 158-162), da lugar a dos configuraciones generales: los sistemas de partido "competitivos" (bipartidismo, pluripartidismo, etc.) y sistemas "no competitivos" (partido único y hegemónico).

La segunda dimensión corresponde al grado de participación en el partido (inscritos, activistas, militantes y burócratas, etc.) [Duverger 1987]2. De acuerdo al formato de las dos grandes familias de partidos de Europa occidental del siglo XX (socialdemócratas, laboristas y democristianos), el componente más numeroso es el de los afiliados o adherentes, los cuales asumen un rol pasivo, a veces pagan una cuota y participan esporádicamente de la vida interna del partido. Los activistas y militantes son, por definición, el grupo más reducido y su actividad suele estar dirigida no sólo a tareas proselitistas, como así también a la actividad organizativa interna del partido.. Este último grupo forma parte de la categoría de los "políticos profesionales" que incluye a los diputados, senadores, gobernadores, alcaldes, presidente y todo aquel personal que se desempeña en cargos representativos (legislativo o ejecutivo) después de haber sido elegidos bajo una etiqueta partidaria (Katz y Mair 1993: 595-596). Su ubicación en la pirámide de poder del partido los suele colocar en una situación conflictiva con el voluntariado del partido, es decir con los afiliados y adherentes, dado que los primeros, en virtud de los cargos que ejercen, cuentan con más recursos e información que los segundos (Panebianco 1982)3. Al menos en lo que se refiere a las prácticas políticas en los países latinoamericanos, estas relaciones de poder "asimétrico" entre políticos profesionales y no profesionales constituyen uno de los aspectos clave para comprender el clientelismo en los partidos de la región, el cual implica que los líderes ofrecen determinados bienes a los seguidores (favores, dádivas, rentas, puestos públicos, etc.) a cambio de apoyo participativo (del tipo proselitista) y electoral4.

En Argentina, el clientelismo ha sido un fenómeno frecuente en la cultura organizativa de los dos grandes partidos que han regido el destino de la nación desde principios del siglo XX: el radicalismo y el peronismo. En este artículo, sin embargo, no se analizará este fenómeno tan complejo y escasamente documentado en el país, sino que la mirada estará puesta en sus implicancias sobre las opciones y cursos de acción política y económica de Hipólito Yrigoyen durante su primera presidencia (1916-1922)5. En tal sentido, es importante resaltar que a partir del año que aquél obtuvo la presidencia, Yrigoyen tuvo que enfrentar un doble desafío: por un lado, la necesidad de integrar a importantes sectores urbanos que crecían debido a los intensos flujos de inmigración europea que caracterizaron el período de 1880 a 1930; y por el otro, establecer las bases para el desarrollo económico nacional sin el cual la integración política de dichos sectores no podría completarse (Gallo [h.] y Sigal 1965; Romero et. al.1965; Botana 1988).

Es decir, Yrigoyen enfrentó el dilema entre la modernización y la integración política, en donde esta última cuestión quedó vinculada a la suerte de un país considerado, por entonces, el "granero del mundo"; un país cuya producción estaba fuertemente orientada a la exportación de productos agropecuarios hacia el mercado europeo. Esta estructura económica sin duda moldeó la praxis política de las élites políticas del régimen conservador (1880-1916), que, según Puiggrós (1986), se caracterizaron por ser liberales en lo económico y conservadores en lo político. Sin embargo, a partir de 1916 dichas élites debieron adaptarse a los nuevos tiempos de la "sociedad de masas", como destaca el título de la obra compilada por Di Tella, Germani y Graciar

Explicación:

En este artículo se analizan, desde una perspectiva histórica, las principales decisiones políticas y económicas de Yrigoyen durante su primera presidencia en Argentina. Dichas decisiones pueden ser entendidas en relación a dos grandes desafíos que debió enfrentar el caudillo radical: por un lado, integrar a importantes estratos urbanos de clase me

Palabras clave: radicalismo, Yrigoyen, conservadores, terratenientes, federalismo.

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