Ahora que hemos reflexionad sobre el tema, te animo a escribir
un compromiso que deberás asumir hoy para enfrentar la presión
de grupo.
Respuestas
Respuesta:
1. Tener información sobre el tema. Estar actualizados sobre cómo se ejerce la presión en el mundo de hoy y cuáles son las principales fuentes frente a las cuales nuestros hijos pueden estar expuestos. Esto nos permite guiarlos y orientarlos con tranquilidad, inteligencia y respeto, así como ayudarles a diferenciar entre una presión sana y aquella que puede resultar peligrosa o contraria a sus intereses y creencias.
2. Conocer los hijos. Significa observarlos y escucharlos para saber quiénes son, identificar sus rasgos de personalidad y sus necesidades, sentimientos y expectativas. A qué dilemas se enfrentan en su vida diaria, cuál es el manejo que hacen de las diferentes situaciones, por ejemplo, cómo se sienten cuando están con sus amigos, y frente a cuáles influencias del grupo pueden ser sensibles.
3. Reflexionar sobre nuestras acciones. Los padres tenemos toda las posibilidades de desarrollar en los hijos la capacidad para decir ‘no’. Es muy importante revisar los mensajes que les enviamos a través del nuestras propias actuaciones. Resistir la presión de grupo y no ir con la corriente en ciertas situaciones sociales es difícil. Por esta razón, cuestionarse sobre la manera como nosotros manejamos las presiones sociales y también que exigencias hacemos a los niños y jóvenes, son un modelo para ellos y una oportunidad para mostrarles, a través del ejemplo, las ventajas de ser uno mismo sin atropellar a los demás.
4. Generar espacios de confianza. Los niños y los jóvenes necesitan que los comprendan. No siempre pueden hacer lo que queremos y seguir nuestras indicaciones. Entender lo difícil que puede ser negarse, porque muchas veces puede costarles perder un amigo, el reconocimiento o no ser incluidos en las actividades sociales.
Algunas intervenciones son muy efectivas como hacer buenas preguntas, contar historias personales acerca de cómo han experimentado los padres la presión de grupo, cuándo acertaron y en qué se equivocaron, cuáles fueron las consecuencias y cómo se sintieron si en algún momento cedieron.
5. Ayudarles a desarrollar estrategias efectivas. Para hacer frente a situaciones de presión, los niños necesitan que les enseñen, a través de la práctica, destrezas para salir airosos en situaciones difíciles. Por ejemplo, entrenarse en diferentes formas de decir ‘no’, hablar de forma contundente y con voz firme, buscar personas que los respalden, usar el humor para negarse, dar excusas convincentes o proponer algo alternativo.
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