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Respuesta:
Todas las vacas eran blancas, los gatos eran grises, no había sino dos colores para los caballos, y todas las mujeres eran amarillas. En aquel pueblo lo único de color negro era la sotana del cura y los zapatos de la gente. Si daban flores rojas, los habitantes no tenían la culpa del mal gusto de la Naturaleza, que pone los colores uno junto a otro sin detenerse a considerar su efecto ante nuestra vista. En total, no había sino doce colores en todo el pueblo, y cuando aparecía el arco iris era como si llegaran los gitanos.
El arco iris llegaba una tarde, desplegaba en el cielo todas sus telas de colores, las mujeres las compraban en un dos por tres, y el arco iris se iba para Medellín a traer más telas de colores, pero se demoraba sus buenos ocho días. Los ladrillos de la iglesia eran de un color que por no saberle el nombre le decíamos color ladrillo. Saber el nombre de los colores es muy importante, porque si se pierde algo, lo primero que hay que declarar ante el juez es el color.
Hubo una vez en que ese pueblo de los doce colores se vio pintado todo de un solo color, porque fue obligado pintar todas las casas azules, y los perros azules, y los gatos azules, y los caballos azules y las vacas azules, y las personas tenían que ponerse corbatas y pañuelos azules, y además había que hacer ondear banderas azules por todas partes.
Explicación: RESUMEN