Después de leer atentamente el texto y las preguntas siguientes, el estudiante deberá responder a las cuestiones.

TEXTO
Para la mayoría de la gente, como también para el periodismo y los medios de masas en general, las artes se
ocupan de producir objetos valiosos, bonitos, decorativos, únicos o preciosos. Y así ha sido, en efecto, durante
algunos períodos históricos, como cuando los pintores trabajaban para las grandes casas de la nobleza y el clero.

Sin embargo, durante períodos mucho más prolongados no se ocuparon de tal cosa, como en los quinientos años
que van del siglo VIII al siglo XIII. En ese gran río del arte bizantino, cristiano, medieval, románico, feudal y
gótico, que de todos estos nombres goza, la belleza, el preciosismo, la originalidad o el coste eran valores
secundarios. El principal era la exaltación espiritual, el enigma divino sobre el destino humano.

Tampoco, desde luego, en otro período, cuyas similitudes con el arte medieval pueden llevar a equívoco,
que es el período de las vanguardias y posvanguardias, entre 1890 y 1990. Cien años en los que tampoco la belleza
o la exquisitez o el preciosismo contaron apenas para nada, aunque sí (y de qué manera) la originalidad y la
actualidad. De hecho, estos méritos suplantaron a todos los demás valores. En cualquier caso, tanto el arte remoto
(las culturas llamadas primitivas), como el lejano (el arte románico), coinciden con el arte moderno en no obedecer
al tópico del objeto bello, ornamental, precioso o único.

Visto desde una perspectiva mucho más general, las artes constituyen un conjunto de prácticas
notablemente diversas que nacen en el origen mismo de lo humano (es decir, de lo mortal), desde las primeras
entalladuras sobre huesos animales hasta los frescos troglodíticos, y nunca nos han abandonado, incluso cuando las
condiciones de supervivencia habrían aconsejado dejar esas prácticas para intentar salvar el pellejo. Puede decirse
que la producción de esos signos que los modernos llamamos artísticos y cuyo nombre se aplica tanto a un ídolo de
terracota azteca como al urinario de Duchamp, es indistinguible de la aparición en el cosmos de un animal
consciente de que ha de morir.

Las artes, desde este punto de vista más general, como las religiones y las ciencias, parecen más bien un
desesperado intento por imponer un sentido a nuestra vida, tan efímera como insensata. (Félix de Azúa,
Autobiografía sin vida, 2010)

CUESTIONES


5.a. La literatura del siglo XVIII. Ensayo y teatro. (2 puntos)


Prueba de selectividad para la comunidad de Madrid. Convocatoria Jun 2013-2014. Lengua Castellana y Litetatura II.

Respuestas

Respuesta dada por: APalomino31
3

ENSAYO Y TEATRO SIGLO 18.


Es el siglo de oro, de las luces. Donde se impone el racionalismo y  el intelecto científico.


El ensayo se convierte en uno de los géneros más relevantes del siglo, pensado como escritos literarios para instruir a la población sobre asuntos morales y  de las ciencias  Los cambios políticos y los avances científicos se difundieron de forma masiva a través de ensayos en la forma de artículos, libros o folletos.  


Este género para este momento se caracteriza por estar  formado  por monólogos y diálogos en prosa. Son meditaciones pesimistas sobre diversos aspectos de la vida y el hombre, en un estilo cercano al lenguaje poético


En el  teatro, se continúan editando obras de estilo barroco, como las de los dramaturgos españoles de la escuela de Calderón de la Barca, que retoman explícitamente los temas y las reglas de este siglo tan brillante precedente para escribir sus tragedias y comedias. En el Reino Unido triunfa la llamada comedia de la Restauración, donde se representa una farsa moral con intrigas amorosas burguesas.


Prueba selectiva de las Universidades Públicas de la Comunidad de Madrid Septiembre 2013-2014, materia Lengua Castellana y Literatura II.
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