¿ alguien que me haga un ensayo sobre el amor o la venganza de cualquier valor que están en la obra la iliada?
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Guerra y Amor en La Ilíada – Homero
JUNIO 3, 2012 DE PCDLITERATURA
La Iliada comienza con el gran enfado de Aquiles, porque Agamenón, rey de los aqueos y jefe de la expedición griega contra Troya, se ha empeñado en quedarse con su esclava favorita, Briseida. En señal de protesta, Aquiles, con su ejército de mirmidones, decide mantenerse al margen de la batalla, en su campamento, junto a las naves griegas atracadas en las playas del Estrecho de los Dardanelos, cercano a Troya. (El Estrecho de los Dardanelos, Helesponto, es la franja marina que une el mar Egeo con el mar de Mármara; así como el mar de Mármara se comunica con el mar Negro, por el estrecho del Bósforo).
Aquiles
Brad Pitt, como el Aquiles del cine.
Esta decisión supone un grave perjuicio para los aqueos (nombre genérico dado a los griegos de la época micénica) que son diezmados por los defensores de Ilión, la acosada ciudad troyana donde residía el rey Príamo, padre de Héctor y de Paris, el raptor de Helena, esposa de Menelao, el hermano de Agamenón.
Los pocos días de batallas del décimo año de la guerra contra Troya que abarca el poema de la Iliada, van transcurriendo con suerte alternativa para ambos ejércitos. Los aqueos tratan en varias ocasiones de conseguir que Aquiles abandone su pasividad y les ayude a obtener la victoria, pero él se mantiene en su postura hasta que su amado primo y ayudante, Patroclo, es muerto por Héctor, el líder troyano.
Los dioses, divididos en dos bandos y en continuo ir venir del Olimpo, contemplaban la batalla desde el Monte Ida, situado a unos setenta kilómetros de Ilión, e intervenían en ella de forma encubierta encarnándose en héroes de apariencia humana. Unos apoyaban a los griegos y otros, a los troyanos. Zeus actuaba de árbitro, tomando decisiones en favor de uno u otro bando según consideraba que debía equilibrar la marcha de la batalla. Apolo fue el dios que más se jugó en el apoyo a los troyanos, no en balde la leyenda le atribuye la fundación de Troya.
La muerte de Patroclo
Patroclo, ante la pasividad de su general en jefe, solicitó su permiso para incorporarse a la lucha utilizando las armas y la armadura de Aquiles.
Aquiles se lo concedió, recomendándole que no se arriesgara demasiado.
Pero Patroclo, enardecido por el fragor de la contienda, dio muerte a varios troyanos, entre ellos a Sarpedón. Aquello desagradó a Zeus que empezó a planear su muerte y alentó que Héctor y los suyos le acosaran sin descanso.
Apolo, siguiendo órdenes de Zeus, rescató el cuerpo de Sarpedón para que los “hermanos gemelos, Muerte y Sueño”, lo transportaran a Licia y pudiera ser enterrado con todos los honores. Después se encarnó en Asio, tío de Héctor, y se dirigió a él con estas palabras: “…guía los corceles de duros cascos hacia Patroclo y trata de matarle, Apolo te dará apoyo”.
Cuando Patroclo vio que el carro de Héctor se acercaba velozmente, lanzó una piedra que acertó en plena frente del auriga de Héctor, haciendo que sus ojos saltaran de las órbitas, cayendo en el polvo.
El auriga cayó del asiento a tierra. Héctor descendió del carro y se enfrentó a Patroclo… “Se enfrentaron como dos leones hambrientos que en el monte pelean furiosos por el cadáver de una cierva…, pues así tiraban el uno y el otro del cuerpo exánime del auriga”.
Guerra y Amor en La Ilíada – Homero
JUNIO 3, 2012 DE PCDLITERATURA
La Iliada comienza con el gran enfado de Aquiles, porque Agamenón, rey de los aqueos y jefe de la expedición griega contra Troya, se ha empeñado en quedarse con su esclava favorita, Briseida. En señal de protesta, Aquiles, con su ejército de mirmidones, decide mantenerse al margen de la batalla, en su campamento, junto a las naves griegas atracadas en las playas del Estrecho de los Dardanelos, cercano a Troya. (El Estrecho de los Dardanelos, Helesponto, es la franja marina que une el mar Egeo con el mar de Mármara; así como el mar de Mármara se comunica con el mar Negro, por el estrecho del Bósforo).
Aquiles
Brad Pitt, como el Aquiles del cine.
Esta decisión supone un grave perjuicio para los aqueos (nombre genérico dado a los griegos de la época micénica) que son diezmados por los defensores de Ilión, la acosada ciudad troyana donde residía el rey Príamo, padre de Héctor y de Paris, el raptor de Helena, esposa de Menelao, el hermano de Agamenón.
Los pocos días de batallas del décimo año de la guerra contra Troya que abarca el poema de la Iliada, van transcurriendo con suerte alternativa para ambos ejércitos. Los aqueos tratan en varias ocasiones de conseguir que Aquiles abandone su pasividad y les ayude a obtener la victoria, pero él se mantiene en su postura hasta que su amado primo y ayudante, Patroclo, es muerto por Héctor, el líder troyano.
Los dioses, divididos en dos bandos y en continuo ir venir del Olimpo, contemplaban la batalla desde el Monte Ida, situado a unos setenta kilómetros de Ilión, e intervenían en ella de forma encubierta encarnándose en héroes de apariencia humana. Unos apoyaban a los griegos y otros, a los troyanos. Zeus actuaba de árbitro, tomando decisiones en favor de uno u otro bando según consideraba que debía equilibrar la marcha de la batalla. Apolo fue el dios que más se jugó en el apoyo a los troyanos, no en balde la leyenda le atribuye la fundación de Troya.
La muerte de Patroclo
Patroclo, ante la pasividad de su general en jefe, solicitó su permiso para incorporarse a la lucha utilizando las armas y la armadura de Aquiles.
Aquiles se lo concedió, recomendándole que no se arriesgara demasiado.
Pero Patroclo, enardecido por el fragor de la contienda, dio muerte a varios troyanos, entre ellos a Sarpedón. Aquello desagradó a Zeus que empezó a planear su muerte y alentó que Héctor y los suyos le acosaran sin descanso.
Apolo, siguiendo órdenes de Zeus, rescató el cuerpo de Sarpedón para que los “hermanos gemelos, Muerte y Sueño”, lo transportaran a Licia y pudiera ser enterrado con todos los honores. Después se encarnó en Asio, tío de Héctor, y se dirigió a él con estas palabras: “…guía los corceles de duros cascos hacia Patroclo y trata de matarle, Apolo te dará apoyo”.
Cuando Patroclo vio que el carro de Héctor se acercaba velozmente, lanzó una piedra que acertó en plena frente del auriga de Héctor, haciendo que sus ojos saltaran de las órbitas, cayendo en el polvo.
El auriga cayó del asiento a tierra. Héctor descendió del carro y se enfrentó a Patroclo… “Se enfrentaron como dos leones hambrientos que en el monte pelean furiosos por el cadáver de una cierva…, pues así tiraban el uno y el otro del cuerpo exánime del auriga”.
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