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1
Una viejita estaba vendiendo una casa, estaba algo ruinosa pero estaba lo suficientemente cuidada para poder convivir en ella. Se las ofreció a dos muchachitas llamadas Kelly y Dulce de 19 años. Lo que ellas no sabían es que la casa estaba embrujada, es por ello que se la compraron muy bien de precio.
La casa estaba un poco sucia, con muchas telarañas y con algunos pequeños desperfectos, nada grave, pero era algo que tendrían que solucionar mas adelante.
Cuando llega la noche, fueron a dormir en su nueva casita, cada una a su habitación en el piso de arriba. Mientras dormían la casa crujía fuertemente, enseguida pensaron que era la madera, y que era algo muy normal en una casa tan antigua. De repente, en mitad de la noche alguien pega en la puerta fuertemente.
Bajaron y preguntaron - ¿Quien eres? - dijeron las muchachas al unisono. Nadie respondía, decidieron no abrir por el terrible miedo que tenían. Durante horas permaneció ese ruido de alguien pegando la puerta.
Justo cuando estaban ya pensando en llamar a la policía, dejaron de pegar en la puerta, por primera vez en toda la noche podrían descansar tranquilas, aunque no duraría mucho.
Una media hora después de cesar los ruidos en la puerta, unos pasos se oyen en el salón, como si alguien se hubiera colado dentro. Las dos bajan rápido haber que ocurre sin pensar en el peligro.
- ¿Que es eso? - es lo primero que se pregunta Dulce al ver lo que había en aquella sala.
Lo que ambas veían era una especie de sombra, con forma humana que deambulaba por el techo de la sala.
- ¿Que eres tu, eres el que pegaba en la puerta, como te llamas? - le pregunto con voz temblorosa Kelly a la misteriosa sombra.
Con una voz muy ronca le contesto - no soy el que pego en la puerta y no te puedo decir mi nombre -, y enseguida desapareció ante el asombro de las muchachas. Asustadas fueron de nuevo a sus habitaciones a intentar descansar, aunque no lograrían dormir en toda la noche por el miedoque la sombra les causo.
A la mañana siguiente apareció en frente de la casa la viejita que les vendió la casa... ¡estaba muerta!. Pero parecía tener un recado escrito en un papel para las muchachas, en el decía:
Queridas muchachas
Mas os vale que se vayan de esta casa sino las siguientes pueden ser ustedes.
Dicho recado estaba escrito con la sangre de la viejita. Llamaron a la policía y las tranquilizo, les dijo que la anciana estaba loca y siempre intentaba asustar a los ocupantes de esta casa.
Finalmente las muchachas no hicieron caso del recado y decidieron quedarse. A la mañana siguiente amanecieron muertas.
Se dice desde entonces que todas las noches se oyen los gritos de las dos muchachas pidiendo -¡AYUDAAA!-
La casa estaba un poco sucia, con muchas telarañas y con algunos pequeños desperfectos, nada grave, pero era algo que tendrían que solucionar mas adelante.
Cuando llega la noche, fueron a dormir en su nueva casita, cada una a su habitación en el piso de arriba. Mientras dormían la casa crujía fuertemente, enseguida pensaron que era la madera, y que era algo muy normal en una casa tan antigua. De repente, en mitad de la noche alguien pega en la puerta fuertemente.
Bajaron y preguntaron - ¿Quien eres? - dijeron las muchachas al unisono. Nadie respondía, decidieron no abrir por el terrible miedo que tenían. Durante horas permaneció ese ruido de alguien pegando la puerta.
Justo cuando estaban ya pensando en llamar a la policía, dejaron de pegar en la puerta, por primera vez en toda la noche podrían descansar tranquilas, aunque no duraría mucho.
Una media hora después de cesar los ruidos en la puerta, unos pasos se oyen en el salón, como si alguien se hubiera colado dentro. Las dos bajan rápido haber que ocurre sin pensar en el peligro.
- ¿Que es eso? - es lo primero que se pregunta Dulce al ver lo que había en aquella sala.
Lo que ambas veían era una especie de sombra, con forma humana que deambulaba por el techo de la sala.
- ¿Que eres tu, eres el que pegaba en la puerta, como te llamas? - le pregunto con voz temblorosa Kelly a la misteriosa sombra.
Con una voz muy ronca le contesto - no soy el que pego en la puerta y no te puedo decir mi nombre -, y enseguida desapareció ante el asombro de las muchachas. Asustadas fueron de nuevo a sus habitaciones a intentar descansar, aunque no lograrían dormir en toda la noche por el miedoque la sombra les causo.
A la mañana siguiente apareció en frente de la casa la viejita que les vendió la casa... ¡estaba muerta!. Pero parecía tener un recado escrito en un papel para las muchachas, en el decía:
Queridas muchachas
Mas os vale que se vayan de esta casa sino las siguientes pueden ser ustedes.
Dicho recado estaba escrito con la sangre de la viejita. Llamaron a la policía y las tranquilizo, les dijo que la anciana estaba loca y siempre intentaba asustar a los ocupantes de esta casa.
Finalmente las muchachas no hicieron caso del recado y decidieron quedarse. A la mañana siguiente amanecieron muertas.
Se dice desde entonces que todas las noches se oyen los gritos de las dos muchachas pidiendo -¡AYUDAAA!-
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