Respuestas
César Vallejo
Siento a Dios que camina
tan en mí, con la tarde y con el mar.
Con él nos vamos juntos. Anochece.
Con él anochecemos, orfandad...
Pero yo siento a Dios. Y hasta parece
que él me dicta no sé qué buen color.
Como un hospitalario, es bueno y triste;
mustia un dulce desdén de enamorado:
debe dolerle mucho el corazón.
Oh, Dios mío, recién a ti me llego
hoy que amo tanto en esta tarde; hoy
que en la falsa balanza de unos senos,
mido y lloro una frágil creación.
Y tú, cuál llorarás..., Tú, enamorado
de tanto enorme seno girador...
Yo te consagro Dios, porque amas tanto;
porque jamás sonríes; porque siempre.
Debe dolerte mucho el corazón.
en el poema “Dios” en que se dirige al Creador con ternura, se compadece de Él porque lo ve impotente, humanamente torpe, autor de un mundo en apariencia perfecto pero deleznable:
Oh, Dios mío, recién a ti me llego, hoy que amo tanto en esta tarde; hoy que en la falsa balanza de unos senos, mido y lloro una frágil Creación
Es al parecer contradictorio que el bardo se haya aferrado con tanta fe a un dios al que no considera omnipotente, al que incluso ve como a un ser débil y sufriente:
Como un hospitalario, es bueno y triste; mustia un dulce desdén de enamorado: debe dolerle mucho el corazón.
Pero esto no hace más que confirmar lo dicho líneas arriba: que la enorme sensibilidad del poeta lo mantuvo ligado a la religión