• Asignatura: Castellano
  • Autor: jimenezedilson37
  • hace 1 año

un resumen de esta Leyenda El Tlacuache Y el fuego​

Respuestas

Respuesta dada por: karenrodrigues719
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Respuesta:

Según cuenta la leyenda wixárika, hubo un animalito que se sacrificó para que ellos pudieran gozar del fuego: se trata del tlacuache, que a veces produce mucho rechazo, aunque es sagrado para aquella cultura. Dice la leyenda que, antes de que apareciera el fuego, los wixárika llevaban una vida muy triste y dura.

Respuesta dada por: Hzelf
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La leyenda cuenta que, antes de que los seres humanos tuvieran entre sus manos la magia del fuego, la oscuridad y el frío reinaba durante las noches. En ese entonces la vida era muy difícil. La gente debía comer los alimentos crudos y en invierno todo empeoraba. El frío les helaba la carne a niños, mujeres, hombres y ancianos. Todos imploraban porque pasara el invierno y terminaran las noches para poder ser calentados por el sol.

Sin embargo, de pronto, de una estrella se desprendió lumbre que cayó a la Tierra. Ésta fue detenida por una audaz anciana que guardó el fuego para sí misma. Cuando los pobladores se enteraron de esto, le pidieron un poco a aquella mujer, pero ella se negó y los echó de su casa.

Como consecuencia, la gente comenzó a reunirse. Sabían que debían hacer algo para obtener un poco de fuego y así poder calentarse. No obstante, nadie sabía cómo conseguirlo. Entonces, durante una de las asambleas, llegó un tlacuache. Este pequeño marsupial les dijo a todos que él les traería el fuego siempre y cuando dejaran de cazar y comer a los tlacuaches. Los presentes estallaron en carcajadas y se burlaron del pobre tlacuache pero él se mantuvo firme y dijo:

—No se sigan riendo de mí porque la burla es para ustedes mismos. Lo crean o no, esta misma tarde verán cumplida mi promesa.

A pesar de la burla, el tlacuache se dedicó a tocar las puertas de todas las casas y a decir que en cuanto él regresara con la lumbre, debían tomar cuanto pudieran. Después, el tlacuache se dirigió hacia la casa de la anciana. Cuando llegó le dijo:

—Buenas, Señora Lumbre, hace mucho frío, ¿verdad? Yo quisiera acercarme un poco al fuego calentarme porque hasta los huesos me duelen del frío.

La Señora Lumbre se compadeció del pobre tlacuache y lo dejó acercarse. El pequeño marsupial se acercó al fuego poco a poquito hasta quedar casi sobre él. En ese momento, sin que la anciana se diera cuenta, metió la cola en la lumbre y corrió para llevarla a los humanos. Fue así como el tlacuache cumplió su promesa y por eso le quedó la cola pelada. Sin embargo, las personas continuaron cazándolo.

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