Respuestas
Los eucaliptos, como otros árboles, proporcionan nutrición y abrigo a una amplia variedad de vida vegetal y animal, desde los animales superiores y angiospermas a los insectos, hongos y formas de vida inferiores, algunos de los cuales son parásitos y potencialmente dañinos.
Mientras muchas de estas especies asociadas pueden reducir el valor de su planta huésped para el hombre, raramente amenazan su supervivencia en su hábitat natural. Cuando esto sucede, es debido a menudo a un cambio excepcional del ambiente que lleva a desajustes del equilibrio del ecosistema, lo que permite a la plaga o al agente patógeno asumir un papel de reforzada agresividad. Tales ataques a menudo declinan con el retorno de circunstancias más normales. Por otra parte, los brotes pueden ceder ante la subsiguiente activación de uno de los enemigos naturales de la plaga o del patógeno implicados.
Las actividades del hombre en la explotación de los recursos forestales, alterando permanentemente su composición para sus propias necesidades (inclusive la creación de rodales artificiales compuestos de una sola especie) pueden llevar, en algunas circunstancias, a mayores peligros por plagas y enfermedades serias en estos cultivos, en que los mecanismos naturales de defensa se han modificado o eliminado completamente. En la práctica, los brotes graves pueden a menudo atribuirse a plantaciones de una especie en condiciones equivocadas o al uso de técnicas inadecuadas. Una adecuada silvicultura y una buena ordenación son las mejores salvaguardias contra plantaciones enfermas.
El peligro de plagas y enfermedades ha sido multiplicado por los adelantos que han tenido lugar en el curso del presente siglo en la velocidad y en la eficiencia de los transportes internacionales, que han suprimido las barreras naturales contra la difusión de muchas plagas y agentes patógenos, y aumentado el riesgo de su introducción a nuevas comunidades vegetales naturales y artificiales.