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Es interesante pensar que el cuerpo es como una torre: si la base no está bien sostenida, de una manera u otra lo demás corporal se desalineará en cualquier punto del recorrido de pies a cabeza.
Además es fundamental considerar que, además de proporcionarnos equilibrio y control corporal, una buena base o punto de apoyo en varios casos nos salvaguarda de heridas, debido a que un pie mal secundado podría llegar a ocasionar una rodilla que trabaje mal, inconvenientes articulares o de columna.
Si únicamente nos secundamos en el dedo obeso, lo más posible es que se venza el arco -como comentamos antes-, que las rodillas se desvíen hacia adentro en la flexión y que no tengamos un óptimo apoyo una vez que subamos al relevé. Para mantener la ayuda de la planta del pie, el tobillo y la parte preeminente del mismo resultan muy relevantes: el empeine debería estar alineado al segundo dedo, y tanto el tobillo como el maléolo interno y externo tienen que estar por igual alineados de los dos lados sobre medio pie. En esta instancia ya empieza a actuar la fortaleza muscular de la pierna. Una vez que la pierna está estirada es primordial que la expansión sea generada por la fuerza y colocación muscular, y no por el sencilla producido de forzar y llevar la articulación de la rodilla hasta el tope mayor donde por el momento no se puede flexionar.
Primeramente, debemos pensar que el sacro -el último hueso de la columna- debería alinearse con el punto de apoyo: si estamos en planta lo alinearemos con el arco del pie y empujando hacia el metatarso; si estamos en media punta, sobre el metatarso empujando hacia el segundo dedo; y si estamos en punta, sobre los dedos. Con los isquiones pasará algo parecido y va a ser bastante fundamental que también pensemos que una vez que estamos en demi plié, los isquiones tienen que empujar los talones para poder hacer su adecuado apoyo. Las crestas tienen que ver hacia el frente, debido a que si se hunden hacia el pubis posiblemente toda nuestra cadera se descoloque hacia atrás, como “sacando la cola”; si permanecen bastante arriba seguramente estemos basculando, por ende, oprimiendo la cola y el recto del vientre, puesto que esta postura necesita una más grande tensión muscular de la que requerimos para estar alineados de forma correcta.
Es fundamental ilustrar que desde dichos puntos de vista mencionados se definirá la colocación de nuestra columna con respecto al eje, punto de apoyo y aplomo en el piso.
1) Para un conveniente apoyo de los pies, se necesita robustecer los arcos y falanges de los dedos, robustecer y además elongar el tendón de Aquiles para que trabaje de manera correcta tanto en la flexión como en la expansión, y robustecer las dos caras del gemelo para que sostenga de manera correcta la parte inferior de la pierna sobre el dedo obeso y segundo dedo del pie.
Así sea que se trabaje con las extremidades rotadas o en paralelo debemos concentrarnos en robustecer los vastos internos y externos, el cuádriceps intenso nos dará un óptimo sostén de la rótula, y prácticamente para la danza se necesita robustecer la pata de ganso para que podamos ayudarnos a mantener el desplazamiento con toda la parte interior muscular de nuestra pierna, rectos internos, isquiotibiales, pectíneos, psoas, etcétera. Desde esta fortaleza muscular conseguiremos una buena colocación de la cintura pélvica, que nos dará un centro intenso para sostenernos en equilibrio, levantar las extremidades, relajar el centro para lograr un óptimo agarre hacia el piso, y una buena expansión muscular y liberación articular en el momento de alivianarnos para saltar.
3) Los abdominales oblicuos, el recto del vientre, los espinales y los dorsales de manera correcta fortalecidos, van a ser los delegados a mantener colocadas las costillas y alineada la columna sobre el punto de apoyo.
El trabajo muscular y los ejercicios de abertura articular nos darán la coordinación, sensibilidad y capacidad de disociación elementales para aprender a mantener el control de nuestro cuerpo humano.
Victoria Mazari Pierna de Base 1
Las crestas miran al frente, el ombligo y la cintura pélvica (sacro, región lumbar, crestas, isquion) apuntan al arco del pie, al igual que la rótula y más que nada la cara siguiente de la rodilla, el hueco poplíteo permanecen alienados junto con el maléolo y el empeine que apuntan hacia el metatarso.
Toda esta composición, una “torre” como habíamos dicho previamente, debería ser sostenida y contenida por la musculatura adecuada, que en algunas ocasiones tendrá que contraer y en otras ocasiones tendrá que prolongar.
Victoria Mazari Pierna de Base 2
La TÉCNICA, palabra tan apreciada y codiciada en el planeta de la danza, no es ni más ni menos que aprender a mantener el control de nuestro cuerpo humano, movimientos y los instantes de no-movimiento, que además forman parte de la danza.
Explicación:
Dejo unas imágenes para que te guíes mejor
