• Asignatura: Matemáticas
  • Autor: mateitonolasco3
  • hace 2 años

03 de setiembre del 2021 PLAN LECTOR. Prueba de Honradez Todas las lecciones que recibí en mi época de estudiante de medicina las recuerdo a medias. Todas, excepto la del primer día que visitamos un hospital. Esa experiencia la recuerdo como si hubiera sido ayer. Durante los dos primeros años de la carrera, mis condiscípulos y yo habíamos sobrellevado las clases de disección, de bioquímica y de otras materias que nos parecian inutiles. Pero afortunadamente ya había terminado aquella pérdida de tiempo anterior a la práctica clínica; por fin ibamos a ver pacientes. Mereuni con cinco compañeros en el hospital. Estábamos muy nerviosos. Nos acercamos al pie de la cama del primer enfermo, todos de bata blanca impecable, con los bolsillos repletos de libretas e instrumentos. Contra lo acostumbrado, no llevábamos nuestros estetoscopios. Nos habían dado instrucciones de que los dejáramos en la oficina de la jefa de enfermeras. Nuestro maestro supervisor nos miró de arriba abajo. -Les presento al señor Watkins -dijo-. Se le ha informado de las actividades de hoy, y no tiene inconveniente en que tomen el tiempo que necesiten para escucharle el corazón. Sufre de estenosis nal , y dudo que ustedes, en el ejercicio de su profesión, encuentren un caso en el que se oiga más claramente el trastomo. Sabíamos que la estenosis mitral es el estrechamiento del orificio auriculo ventricular izquierdo. Aunque nunca habíamos escuchado un soplo cardiaco, le hicimos al profesor una enumeración exacta de lo que ibamos a oir: primero, un latido fuerte; luego, una especie de chasquido, y luego, los dos soplos característicos de esa enfermedad. El supervisor nos pasó su estetoscopio y nos aconsejo: -No se apresuren. Escuchen bien. En el caso del señor Watkins, el chasquido es muy fuerte. Uno tras otro, nos colocamos el instrumento, auscultamos al paciente con sumo cuidado y, con mirada reflexiva, movimos la cabeza en señal de afirmación. ¡Si, ahí está! decíamos. Vimos como se le iluminaban los ojos al compañero en turno en el momento en que percibía los sonidos. Al final le agradecimos al supervisor que nos hubiera mostrado un caso tan claro. Terminada la sesión, regresamos a la oficina de la jefa de enfermeras y tomamos asiento. El supervisor nos pregunto: ¿Están todos seguros de haber escuchado bien? Le dijimos que sí. Entonces él, con calma y sin pronunciar una palabra más, comenzó a destornillar su estetoscopio. Luego sacó de su bolsillo unas pincitas y extrajo del tubo del aparato un tapón de algodón que él le había puesto. El estetoscopio había estado inutilizado, muerto, silencioso. Ninguno de nosotros podia haber oido los latidos del corazón del paciente, y mucho menos los famosos chasquidos. -No vuelvan a hacer eso -nos amonestó el supervisors. Cuando no oigan algo, díganlo. Cuando no comprendan lo que alguien diga, hagánselo saber. Fingiendo que entienden lo que no entienden, quizá logren engañar a sus colegas, pero no sacarán nada bueno para sus pacientes ni para ustedes mismos. En ese momento nos sentimos muy avergonzados. Pero hoy, transcurridos 25 años, pienso que aquella ha sido la lección más importante en mi vida de médico. David Haslam

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Respuestas

Respuesta dada por: carlosmartinez693
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no

Explicación paso a paso:


mateitonolasco3: quien es el personaje
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