El propósito de esta actividad es que analices e identifiques los componentes de la
entrevista, para ello: Lee el fragmento de la entrevista a Cristina Rivera Garza e identifica sus componentes y quién es quién en la entrevista. Fragmento de la entrevista a Cristina Rivera Garza La escritora mexicana Cristina Rivera Garza (1964) es autora de una notable obra Desconocer (1994, inédita todavía), La más mía (1998), La guerra no importa (1991), Nadie me verá llorar (2000), La cresta de Ilión (2002), Ningún reloj cuenta esto (2002) y Lo anterior (2004) en la que diluye, con una prosa depurada y bella, las fronteras entre la fantasía, la realidad, el sueño, la vigilia, el tiempo, la nada, el silencio, la memoria, la locura y todo lo que se resista a ser contado‖. Su obra se ha hecho acreedora a múltiples distinciones, entre las que destacan el Premio Nacional José Rubén Romero (2000) y el Premio Sor Juana Inés de la Cruz (2001). En esta entrevista Cristina Rivera Garza habló sobre su última novela, Lo anterior, y reveló una parte de su peculiar concepción de la literatura.
1. ¿Cómo se autodefine Cristina Rivera Garza?
Me dejo definir por la palabra. Yo soy yo y una cierta actitud hacia el lenguaje. En términos más prácticos: yo soy yo y mi teclado. Quiero decir que no creo en una identidad fija, estable, permanente. A últimas fechas el concepto de identidad —aun en su acepción más fluctuante o relacional o manufacturada— me resulta limitante y maniqueo. Creo que deberíamos repensar la idea de identidad en relación a otro término más abierto, menos conclusivo, más problematizador como lo es el de identificación. Un término que, además, es un reclamo de otredad y, por lo tanto, de deseo. Una idea plural. Soy escritora y de ahí parten todas mis identificaciones, sobre todo las más irresueltas.
2. ¿Nos podría hablar sobre su actividad como escritora? ¿Para qué escribe?
Escribir es una sospecha de realidad que, en el mejor de los casos, desembocará en varias lecturas y múltiples sospechas en los lectores. En ese sentido el escritor está abriendo espacios para crear más oscuridad. En el mundo hay un exceso de luz, un exceso de claridad, un exceso de comunicación, un exceso de mensajes recibidos. No escribo para contar historias, ni para comunicarme ni para convencer a mis lectores de que lo que digo es lo correcto. Escribir es un proceso que puede incluir esos elementos, pero no de una manera esencial. No hay nada más ajeno al acto de narrar que esta obsesión contemporánea por la comunicación —por el lado más univoco y simple del lenguaje—. Escribir no es cuestión de pasar un mensaje ni de aclarar asuntos. La escritura en todo caso, es un proceso de producción de lo real.
No creo en la experimentación a ultranza o principista ni en la tradición en singular o por decreto. Un libro, decía la poetisa cubana Caridad Ascencio, es "el viaje de la conciencia por un estado". Cuando escribo, mi única alternativa es sujetarme a las reglas que ese viaje, esa conciencia, ese estado, me dictan a través de la escritura misma, en su brutal materialidad. No creo, pues, en una escritura "bien comportada", "clara", "modosita", pero igualmente desdeño a ese producto oximorónico que es la rebeldía por diseño o por conveniencia. La escritura, cuando es, cuando se da, produce lo real. No hay más allá ni más acá de eso.
Hace poco tiempo leí que usted dijo en una entrevista: el acto de escribir es el acto físico de pensar.
3. ¿Por qué escribió sobre el amor? ¿Lo anterior, su último libro, es el resultado del acto físico de pensar en el amor? Sí. Me gusta enfatizar el acto del pensar porque a veces se tiene la noción, muy válida para algunos, de que los lectores sólo vamos a los libros para descansar o para divertirnos, pero yo voy a los libros con el afán de pensar con otro. Los libros que me han conmovido, que han marcado mi vida, son los que me hacen pensar —pensar en el sentido más amplio de la palabra, no nada más en este rollo abstracto intelectual altamente solemne y aburrido; pensar en el sentido de perderse; pensar en el sentido de deambular por un cuarto hasta encontrar la ventana o producir la puerta—. No creo que exista algo más interesante, más apasionante, más material, que tratar de interactuar con el mundo y pensar y construir universos con alguien más. Tengo el poder de pensar en la estructura de mis novelas, de hilar una serie de sospechas, de esbozar una serie de personajes y de ponerlos en este foro que es el libro, pero quien decide de qué se trató y qué es lo que quiere decir, es el lector, que está produciendo su libro, no consumiéndolo. A mí, como lectora activa, me interesa transformar lo que leo, aunque no lo entienda intelectualmente, en
una herramienta para mi propia interacción con el mundo…
Contesta las siguientes preguntas:
¿Quién hace las preguntas y qué papel juega en la entrevista?
¿Cuál es el motivo de la entrevista?
¿Cómo se llama el entrevistado?
¿Sobre qué tema habla el entrevistado?
Respuestas
Respuesta dada por:
3
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:)
necesito puntos :<
larajeancarlos592:
siiuuuuuuuuuuuu
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