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Antes de decidirte por un modelo de placa base en concreto, será necesario determinar qué tipo de ordenador necesitas, y elegir el tipo de procesador que vas a necesitar.
Tras elegir la plataforma de procesador que se va a usar, es el momento de sentar los cimientos que sustentarán al resto de componentes: La placa base.
El tamaño importa
En una de las primeras cosas en las que debes fijarte es que existen diferentes tamaños de placas base o Motherboard.
Dependiendo del tipo de ordenador que necesites, será más adecuado un factor de forma de tamaño completo (ATX), de tamaño medio (micro ATX) o un tamaño reducido (mini ITX).
Esta decisión deberá tomarse en cuenta también a la hora de elegir otros componentes como la caja para tu PC o la memoria RAM.
Las placas base de formato ATX, al disponer de más superficie para la circuitería integrada, cuentan con un mayor número de ranuras y conectores de expansión para los componentes. Por pura disponibilidad física de espacio, cuanto menor sea el tamaño de la placa base, menos conectores y posibilidades de expansión tendrá.
El tamaño de la placa base afecta al número de conexiones disponibles y al tamaño final de la caja.
Además, el formato de la placa base determinará el tamaño de la caja para tu PC y, por tanto, también podrá afectar a la elección de sus sistemas de refrigeración.
Por ejemplo, en el caso de las placas base de tamaño mini ITX, el reducido espacio disponible en las cajas adecuadas para su tamaño, obliga al uso de soluciones de refrigeración de perfiles bajos, disipación pasiva e incluso a sistemas híbridos.
Tras elegir la plataforma de procesador que se va a usar, es el momento de sentar los cimientos que sustentarán al resto de componentes: La placa base.
El tamaño importa
En una de las primeras cosas en las que debes fijarte es que existen diferentes tamaños de placas base o Motherboard.
Dependiendo del tipo de ordenador que necesites, será más adecuado un factor de forma de tamaño completo (ATX), de tamaño medio (micro ATX) o un tamaño reducido (mini ITX).
Esta decisión deberá tomarse en cuenta también a la hora de elegir otros componentes como la caja para tu PC o la memoria RAM.
Las placas base de formato ATX, al disponer de más superficie para la circuitería integrada, cuentan con un mayor número de ranuras y conectores de expansión para los componentes. Por pura disponibilidad física de espacio, cuanto menor sea el tamaño de la placa base, menos conectores y posibilidades de expansión tendrá.
El tamaño de la placa base afecta al número de conexiones disponibles y al tamaño final de la caja.
Además, el formato de la placa base determinará el tamaño de la caja para tu PC y, por tanto, también podrá afectar a la elección de sus sistemas de refrigeración.
Por ejemplo, en el caso de las placas base de tamaño mini ITX, el reducido espacio disponible en las cajas adecuadas para su tamaño, obliga al uso de soluciones de refrigeración de perfiles bajos, disipación pasiva e incluso a sistemas híbridos.
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