-Qué enseñanza nos deja el texto: "Una familia que vive la gratitud"
Una familia que vive la gratitud
La familia Castaño es una de esas familias grandes, doce hijos en total, muy bien repartida, por cierto, seis mujeres y seis hombres. Es una familia unida en donde los integrantes siempre se buscan para ayudarse. Todo transcurría de forma muy normal, hasta que una de las hermanas mayores comenzó a enfermar; no se sabía por qué, pero ella cada vez estaba peor, pasaba los días de clínica en clínica, de doctor en doctor, ningún examen lograba explicar la razón de su malestar.
Después de tanto recorrer clínicas, consultar médicos, se logró saber lo que sucedía con Esperanza. Estaba enferma de los riñones, los tenía muy mal y ahora necesitaba con urgencia un trasplante de riñón, de lo contrario su vida correría peligro.
¿A quién acudir? ¿A dónde ir? Había que esperar que llegara un donante, y la lista de enfermos que requerían lo mismo era muy grande, incluso cuando llegara podría ser demasiado tarde. La familia se reunía frecuentemente con el ánimo de buscar una solución. Un día el médico les dijo que lo mejor era que buscaran un donante entre ellos, de ese modo ganarían un poco de tiempo, que era lo importante.
Ya reunidos el ambiente se volvió tenso, cada uno expuso las razones por las cuales podía o no donar un riñón. ¿Quién sería el donante? ¿Cómo hacerlo sin causar mal a nadie? La primera solución fue la de someterse a unos exámenes todos para ver la compatibilidad con Esperanza, esa sería una primera selección.
Así fue, uno a uno se fueron presentando a los exámenes, al final solo faltaban Uriel y Ana. Ana era madre de tres hijos, estaba ya entrada en edad, mientras que Uriel era padre de un hijo y tenía 30 años, sin mucho por decir, Uriel se dispuso a dar su riñón.
Después de los exámenes respectivos, de ver la compatibilidad, Uriel y su esposa dieron su consentimiento. Los riesgos eran claros, pero si todo salía bien como los médicos lo pensaban, se salvaría una vida y una familia.
Finalmente, la operación fue exitosa, al cabo de 3 horas Esperanza y Uriel salieron de la sala de cirugía, los dos muy bien, un poco adoloridos, pero con la satisfacción del deber cumplido. Uriel no solo estaba alegre por haber donado su riñón, sino por haber salvado la vida de su hermana.
La familia lo acompañó y celebró, pues la donación es uno de los dones más hermosos, la donación es dar la vida por los seres que se aman, y claro, también por cualquier ser humano en caso de necesidad.
Ojalá muchos imitáramos a Uriel, pues se debe tener un gran corazón para ser capaces de dar lo mejor de nosotros mismos para que los demás tengan vida.
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pues nose
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