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El primer libro de la Biblia dice que luego de una creación reciente hecha por Dios, hubo un asombroso Diluvio mundial. En ese contexto, el Diluvio habría sido responsable de la mayor parte de las grandes capas de la Tierra que contienen fósiles. Sin embargo, las interpretaciones científicas actuales proponen que estas capas se acumularon lentamente en el transcurso de miles de millones de años, asignando, por lo tanto, más tiempo para la lenta evolución gradual de la vida. Nótese especialmente que el modelo evolutivo es aproximadamente un millón de veces más lento que el modelo bíblico.
Curiosamente, no es necesario que ir a la Biblia en absoluto para encontrar el concepto de un Diluvio global. La explicación más probable para tal persistencia es que el Diluvio en realidad sí ocurrió. Mientras que la comunidad científica predominantemente rechaza la descripción bíblica de un Diluvio global, numerosos datos científicos concuerdan mejor con esa descripción que con un modelo evolutivo a lo largo de miles de millones de años. Son las dominantes y generalmente el agua intervino en su deposición en capas sedimentarias que a menudo albergan fósiles.
Los geólogos generalmente agrupan estas capas en unidades más grandes llamadas formaciones. No hay manera, bajo las condiciones actuales, de extender tales depósitos sedimentarios, que son relativamente finos, sobre grandes partes de nuestros continentes actuales. Se requieren superficies muy llanas para comenzar el proceso, y se necesitan grandes fuerzas para esparcir los sedimentos sobre estas áreas tan inmensas. Este es el tipo de deposición que con mayor probabilidad cabría esperarse de un catastrófico Diluvio global, donde capa tras capa de sedimentos se depositara muy rápida y extensamente por sobre las otras.
Las formaciones geológicas no son las únicas que están extendidas, ya que dentro de estas formaciones se observan unidades más pequeñas, llamadas capas, que también representan fuerzas de deposición extendidas sumamente planas, como se esperaría para el Diluvio. Cuando se viaja por el este desde Price , en dirección a Colorado, se puede seguir esa unidad de arenisca por 160 kilómetros. Otro ejemplo se ve en los filones de carbón en los que se pueden encontrar capas finas de sedimentos granulados llamadas particiones . Estas capas tienen un grosor de centímetros, pero pueden estar increíblemente extendidas horizontalmente.
Desde las minas de carbón en Kentucky se reportan seis particiones que se extienden sobre más de 1.500 kilómetros cuadrados. En el Gran Cañón, se reportan 17 características capas marcadoras claves horizontales en la Caliza Muav de 100 metros de espesor . Estas capas marcadoras son mayormente de un metro o menos de grosor, y todas excepto una se extienden de 50 a 150 kilómetros. « las capas pueden persistir sobre áreas de muchos cientos a miles de kilómetros cuadrados precisamente porque son el registro de eventos realmente extra grandes
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