Respuestas
Explicación:
ada noche, antes de ir a dormir, todos
los elementos de la naturaleza se juntaban
para contar lo que les había ocurrido durante el día.
Por muchos años el árbol de roble había presidido dicha
reunión y con mucha justicia coordinaba el orden en que
debía hablar cada uno o hacía los comentarios respecto a lo
que les había pasado durante el día, tratando siempre de
ayudar a los demás cuando se hallaban en algún apuro,
como cuando un sapo se rompió una pata y los otros
animalitos le llevaban alimentos, o cuando una planta de
tomates estaba muy lejos del agua y el señor río hizo un
riachuelo para llegar hasta ella.
Y así cada noche, antes de terminar la reunión, el viejo roble incentivaba a sus amigos
para cantar y alabar a Dios por haberlos creado. Entonces, todos cantaban llenos de
entusiasmo.
Los árboles, arbustos y plantas, levantaban muy alto sus ramas, el viento silbaba
moviendo las ramas de los árboles y las aves volaban haciendo rondas y piruetas en el
aire; los grillos frotaban armoniosamente sus patitas y las mariposas formaban un
hermoso manto de colores que ondeaban al son del bello canto. Los ríos y el mar
cantaban con ellos, contagiando su alegría a las nubes y a las estrellas.
Dios, recibía con mucho agrado estas manifestaciones de cariño y se sentía muy feliz cada
noche al escuchar el canto de la naturaleza.
Pero, sucedió que un día llegaron al bosque unos leñadores y buscando un árbol fuerte,
talaron al viejo roble; en su lugar, sembraron un pequeño roblecito porque ellos sabían lo
importante que es mantener nuestros bosques y florestas, pero esa misma noche, cuando
los elementos de la naturaleza se juntaron a contar sus experiencias, el viejo roble ya no
estaba.
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