• Asignatura: Religión
  • Autor: manuelcerquinperez
  • hace 1 año

como pues incrementa tu amor a Dios elabora un plan que te ayude​

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Respuesta dada por: zoer5470
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1Vive conscientemente con el pensamiento de que hay un propósito en la vida.

El primer paso es enfocarse activamente en el hecho de que nada es al azar. Fuimos puestos en este mundo para cumplir tareas específicas y debemos tener presente la misión y buscar continuamente un propósito. Dicho de manera simple, Dios está cercanamente involucrado en todos los aspectos de nuestras vidas. Piensa en los eventos de tu vida como notas personales que buscan transmitirte un mensaje. A medida que nos sintonizamos con esta idea, cada vez más fácil descifrar su significado.

2Sé consciente de los regalos de la vida.

Un segundo paso para cultivar una relación con Dios es enfocarse en apreciar todo lo que Él ha hecho por nosotros. La próxima vez que encuentres algo que has estado buscando, muestra tu apreciación agradeciéndole a Dios. O la próxima vez que pierdas tu autobús, busca activamente un aspecto positivo de lo ocurrido (incluso si es tan sólo la oportunidad de practicar este ejercicio).

Los eventos diarios proveen continuas oportunidades para apreciar la bondad de Dios en nuestras vidas. La cálida sonrisa que te saluda durante un día estresante o las amables palabras que alguien te dice son algunas de las formas en que Dios interactúa contigo. A través de estas experiencias podemos afinar nuestra percepción sobre la intervención personal de Dios, Su presencia constante y Su amor y preocupación por nosotros.

3Expresa tu lealtad a través de la acción.

Nuestros sabios sugieren otra cosa que podemos hacer para construir una fuerte conexión con Dios, la cual se encuentra sugerida en la palabra mitzvá (mandamiento de la Torá), cuya raíz en hebreo es tzavta (compañerismo). A través de realizar las mitzvot podemos volvernos socios de la voluntad de Dios a través de nuestras acciones. Es más, el estudio de Torá nos regala un vistazo de sabiduría infinita, puesto que Él Se revela a Sí mismo a través de las letras sagradas.

4Sigue trabajando en mejorar la relación.

Al igual que en cualquier relación, en nuestra relación con Dios también tendremos altos y bajos. La vida está llena de estrés y encuentros desafiantes que nos hacen perder la esperanza. Sin embargo, es de suma importancia que nos mantengamos fieles y leales a pesar de los desafíos. Esta es la definición de amor incondicional.

Cuando nos encontramos en la oscuridad, debemos recordar que no estamos solos. Las paredes son solamente ilusiones. Aprendemos esto del versículo que describe la entrega de la Torá en el Monte Sinaí: “… y Moshé se acercó a la neblina en donde estaba Dios” (Éxodo, 20:18). Cualquier separación se asemeja a neblina, nubosidad y oscuridad. Sin embargo, el valor numérico de las palabras “la neblina” en hebreo es equivalente al valor numérico de la palabra Shejiná (la presencia Divina). De esto podemos deducir que Dios está presente incluso cuando estamos en un lugar de confusión o cuando estamos experimentando una falta de claridad o nubosidad mental.

En momentos oscuros como aquellos, una forma de recordarnos a nosotros mismos de que Él aún está aquí es simplemente invitándolo a nuestras vidas, utilizando palabras simples como “Dios, te necesito en mi vida”. La comunicación es esencial cuando se está formando una conexión sana entre dos partes, y nuestra relación con Dios no es la excepción. Hablar las cosas al mismo tiempo que se respetan los sentimientos del otro es primordial para mejorar cualquier relación.

Escuchar a la otra parte e intentar ponernos en sus zapatos tanto como sea posible, genera sentimientos de validación a largo plazo. Tal como hablamos con otros, debemos hablar con Dios; debemos confiar lo suficiente en Él como para abrirnos ante Él y escuchar Su respuesta.

Es crucial dedicar tiempo y esfuerzo para cultivar nuestras relaciones. Es posible que reconocer la presencia del otro, buscar y apreciar sus bondades, seguir sus sugerencias, ser leal y fiel incluso cuando parece estar distanciándose de nosotros y comunicar nuestros pensamientos más internos, consuma una buena cantidad de energía emocional. Sin embargo, cuando hacemos suficiente esfuerzo, seremos recompensados con descubrir que tanto durante las alegrías como durante las vicisitudes de la vida, tanto cuando brilla el sol como cuando se presentan las nubes de confusión y neblina, nuestros seres queridos están ahí con nosotros.

De la misma forma, Dios también está allí con nosotros, dirigiendo con amor cada uno de nuestros pasos. Y al igual que nuestros seres queridos nos acompañan sin importar las circunstancias, seremos recompensados con ver a Dios en cada camino de nuestras vidas.

Explicación:

xd

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