Almas gemelas*
A menudo he narrado a mi hija Laura la historia de cómo su padre y yo nos conocimos y de nuestro enamoramiento. Ahora que tiene 16 años, está preocupada porque comprende que su alma gemela puede estar sentada junto a ella en una clase o hasta puede invitarla a salir, pero todavía no se siente preparada para hacer el mismo compromiso que nosotros hicimos años atrás.
Conocí a Miguel el 9 de octubre de 1984. En la fiesta de nuestra amiga Andrea, nuestros tímidos ojos se encontraron de extremo a extremo del patio. Nos sonreímos y después de un rato nos encontramos enfrascados en una conversación que duró toda la noche, excluidos todos los demás. Yo tenía 11 años y él, 12. A los tres días ya andábamos, lo que terminó después de un mes algo tormentoso.
Meses después, Miguel todavía me invitó a su suntuosa fiesta, incluso me sacó a bailar. (Años más tarde me confesó que a pesar de mis frenos, mis piernas delgadas y mi cabello suelto, pensaba que yo era bonita) Miguel y yo teníamos muchos amigos en común, y en la escuela pertenecíamos al mismo grupo social, por lo que a lo largo de los siguientes años nuestros caminos se cruzaron de continuo. Cada vez que yo terminaba con un novio u otro me hacía sufrir, mi madre exclamaba: “No te preocupes, vas a terminar quedándote con Miguel.” Yo gritaba: “¡Jamás! ¿Por qué piensas eso?” Ella me recordaba lo mucho que aparecía su nombre en mis conversaciones y lo buen muchacho que era.
Por fin llegué a la preparatoria, que estaba llena de nuevos muchachos agradables. Estaba lista. ¿Cómo reaccionaría si Miguel comenzara a salir con mi mejor amiga? ¿Por qué, me preguntaba, esto me volvía loca poco a poco? ¿Por qué nos sorprendíamos platicando mientras esperábamos nuestros camiones? Jamás olvidaré los mocasines de centavo azul marino que usaba. Nadie más que yo conociera usaba unos zapatos tan extraordinarios. Las palabras de mi madre resonaban a menudo en mi mente, pero yo todavía quería borrarlas.
En el verano, Miguel y yo pasábamos más tiempo juntos, en compañía de su novia, también conocida como mi mejor amiga, y otros. Ese verano Miguel partió hacia Canadá en un programa para aprender inglés. Me di cuenta que en verdad lo extrañaba. Cuando regresó en agosto, me llamó y vino a casa. Se veía tan atractivo. Todavía no hablaba una palabra de inglés, pero lucía muy guapo.
Era el 19 de agosto de 1988 cuando nos vimos fuera de casa y nos dimos cuenta que necesitábamos estar juntos. Claro que teníamos que esperar hasta después de la cita que yo tenía esa noche con otro muchacho. Le dije a mi pretendiente que iba a empezar a salir con Miguel, por lo que tenía que regresar a casa temprano. Miguel le dijo a su novia, con quien terminaba y volvía una y otra vez, que terminaban una vez más y para siempre.
Mantuvimos nuestra relación en secreto hasta que pudiéramos anunciarla orgullosamente en la siguiente fiesta. Llegamos tarde y, sin ambages, anunciamos a todos nuestros amigos que oficialmente éramos pareja. Nadie pareció sorprendido, pues todos dijeron: “por fin”.
Después de graduarme de la preparatoria me fui a la universidad. El 18 de junio de 1992 nos casamos. Yo tenía 19 años y Miguel 20. Continuamos estudiando hasta que terminamos nuestras carreras. Yo me gradué como maestra de educación especial, y Miguel de médico cirujano.
Ahora, 20 años después, sonrío a nuestra hermosa hija Laura y a nuestro guapo hijo Alejandro. Aunque el legado de sus padres hace que ellos vean un poco diferentes las relaciones de preparatoria, ellos jamás tendrán que preocuparse de que sus padres les digan: “No lo tomes en serio; es sólo un amor de adolescencia.”


a) ¿Qué te gustó de la historia?
b) ¿Qué permite que se dé el noviazgo entre estas personas?
c)¿Qué características tienen ellos, con las que te puedas identificar?
d)¿Qué cambios harías tú en esta historia y por qué?

Respuestas

Respuesta dada por: Blackjing19nat
0

1. el como el/la autor(a) sintétiza la historia y enseñanzas al lector.

2. el amor real y fidelidad entre las mismas y puro.

3. Coraje, Valentía y decisión.

4. Le pondría más valores para que mis compañeros aprendan más.

Explicación:

Espero sirva, corona?

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