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Un programa económico, o de forma más general, las acciones que se emprendan en materia económica, deberían responder a objetivos definidos y a necesidades específicas de desarrollo determinadas desde un diagnóstico adecuado de la realidad. En ese sentido, ¿cuál es el diagnóstico de la realidad económica ecuatoriana en el que debería enmarcarse el direccionamiento de las políticas y acciones que en esta materia emprenda el Gobierno Nacional para contribuir de mejor manera al desarrollo del país?
El impulso al desarrollo económico y social desde la política económica es un ejercicio de ejecución permanente que debe atender dos niveles de objetivos. El primero de estos niveles está definido a partir de las condiciones estructurales de la economía sobre las que se definen objetivos de desarrollo económico y social de largo plazo. El segundo, está configurado por las diversas situaciones coyunturales que se van presentando día a día y que requieren de los correctivos necesarios, y por tanto del cumplimiento de objetivos de corto plazo que viabilicen la consecución de los de largo plazo en el primer nivel. Por lo tanto, la política económica debe atender simultáneamente ambos niveles a través de acciones concretas y consistentes entre sí.
El Ecuador, luego de un decenio en el cual el manejo económico desde el gobierno se orientó hacia la configuración de una base productiva a través de la construcción de grandes obras de infraestructura física dirigidas a modificar la matriz energética altamente dependiente de derivados de petróleo importados, y a generar productividad sistémica con una gran inversión en vías y comunicaciones, así como en talento humano a gran escala, no ha logrado cambiar sus estructuras productivas fundamentales. El Ecuador sigue siendo una economía primaria exportadora, altamente dependiente del petróleo en la que a nivel interno la producción agrícola e industrial han perdido terreno frente a los servicios, caracterizados principalmente por el crecimiento del comercio, actividad que poco aporta en términos de valor agregado. Asimismo, la apertura de la economía nacional ha crecido de forma importante desde la dolarización, producto del incremento del peso relativo de las importaciones, que apenas se sostienen por las exportaciones petroleras. Con ello, el escenario desde la perspectiva estructural, coloca al Ecuador como un país de economía extractivista, importador-consumidor, y no productor. Esta realidad implica la imposibilidad de reducción del empleo inadecuado, poca capacidad de absorción de trabajo de mediana y alta calificación, alta volatilidad en el crecimiento de la economía, entre otros problemas estructurales.
Explicación paso a paso:
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