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Ahora bien, si analizamos la trayectoria de Pérez más allá del deporte, ha tenido una formación profesional enfocada en la Administración de Empresas y Negocios, lo cual, se refleja en la creación de un conglomerado de negocios de su propiedad: proyectos inmobiliarios, organización de eventos deportivos, un medio de comunicación radial, y logística deportiva. Nuestra intención no es “satanizar” las iniciativas privadas de Jefferson Pérez, sino resaltar que su desempeño profesional tiene un evidente enfoque empresarial, situación que en múltiples ocasiones genera conflictos de intereses y visiones con la administración pública, el nuevo espectro en el que busca incursionar.
Otro aspecto que cabe resaltar es que durante su carrera deportiva – y en su etapa empresarial – Pérez ha tenido el respaldo económico de grandes sectores económicos, por mencionar el Banco Pichincha de Fidel Egas (quien lo defiende públicamente) y su emporio comunicacional. Así, Pérez durante varios años fue la imagen oficial de dicha institución financiera; en su momento representó al Banco Pichincha en España, que al poco tiempo intentó comprar las deudas de nuestros migrantes retornados por la crisis para ser cobradas en el país.
Reseño esta anécdota para evidenciar que Pérez si tiene intereses/compromisos de por medio con grupos de poder, situación contraria a su discurso de aparente neutralidad y apoliticidad. Más aún si recordamos que para las elecciones de 2017 se difundieron las intenciones del Partido Social Cristiano y del Movimiento CREO de Lasso para contar con el ex marchista en sus respectivas listas. Reitero, Pérez no es (nadie lo es) “puro” ni “neutro” en términos políticos, como se promociona.
Si examinamos el discurso de Jefferson Pérez podemos demostrar que sigue un guion previamente estructurado con argumentos ad misericordiam, es decir, apelando a la sensibilidad emocional para validar sus acciones e intenciones político-electorales. Incluso se aprecia que es un discurso empeñado en evitar el posicionamiento político-ideológico de Pérez para enfocarse en su faceta de emprendedor y motivador que “desde abajo” lo ha conseguido todo lo propuesto, con miras a la Presidencia de la República, como ha manifestado en reiteradas ocasiones.
Como toda máscara se cae en algún momento, cuando a Pérez se le agota su lírica emprendedora saca a relucir su rostro oculto por lo “políticamente correcto”, tal como sucedió en su gira de medios para posicionar su pre-candidatura a la Alcaldía de Cuenca, específicamente en su entrevista en Teleamazonas, en el programa los “Desayunos de 24 horas” del 26 de julio pasado, cuando textualmente afirmó:
“Cuando veo a la mujer hermosa ecuatoriana que se levanta por la mañana, apenas se lava el rostro… es una mujer maravillosa, es preciosa, es linda de naturaleza, es hermosa. Pero además de eso si el día de mañana le preparamos intelectualmente, si el día de mañana le vestimos adecuadamente, si el día de mañana le maquillamos, le peinamos va a ser deslumbrante. Eso pasa con mi ciudad de Cuenca, de naturaleza es hermosa…”
Con toda su formación empresarial – incluyendo su formación en Ciencias Políticas en la Universidad de Salamanca – Pérez no puede ocultar (todo el tiempo) que es (sería) un candidato a la Alcaldía de Cuenca que no estaría dispuesto (preparado) para deconstruir las estructuras de exclusión y violencia que se levantan sobre el machismo y el patriarcado mismo.
Azuay y Cuenca en específico, son localidades con altos índices de violencia contra la mujer, basta ver revisar los casos de femicidio, violación, acoso y abuso sexual en espacios públicos y privados, para percatarnos que se requieren autoridades y personajes políticos – mujeres y hombres – comprometidos y conscientes con la definición de agendas, políticas públicas y discursos que tengan como objetivo la deconstrucción de estructuras patriarcales a través de la equidad de género y la prevención de la violencia.
Las reacciones a las declaraciones de Pérez, por parte de colectivos y personas apuntan a rechazar discursos, ampliamente difundidos, que continúan con la cosificación y desvalorización de la mujer que, a la postre normalizan y naturalizan la exclusión de la mujer de espacios de toma decisión y de acción política, así como la violencia y la muerte.
Es claro que Jefferson Pérez planifica presentarse como un outsider dentro de la política de Cuenca, caracterizada por el caudillismo y el compadrazgo en torno a cuatro o cinco personas que han copado el espectro electoral, en algunos casos por los últimos 20 años, sin importar su paso por diferentes partidos, movimientos, colores y principios.