¿Qué implicaba el pacto neocolonial para Latinoamérica?
¿Qué características tenía Latinoamérica en ese momento?
¿De qué manera irrumpe Estados Unidos en Latinoamérica?
¿De qué manera interviene Monroe y de qué manera Roosvelt?
Respuestas
Respuesta:
“En 1880 –años más, años menos- el avance en casi toda Hispanoamérica de una economía primaria y exportadora significa la sustitución finalmente consumada del pacto colonial impuesto por las metrópolis ibéricas por uno nuevo.” Así comienza el historiador argentino Tulio Halperín Donghi el capítulo cinco de su “Historia Contemporánea de América Latina”. Se refiere así al nuevo “pacto” económico que los países latinoamericanos van a llevar adelante con las potencias mundiales. En un primer momento, a partir del siglo XVI, las metrópolis ibéricas (España y Portugal) nos imponen un Pacto colonial en el que se destaca la extracción de metales preciosos y la imposición de un régimen monopólico (sólo podíamos comprarle y venderle a ellos). En esta etapa, los países impusieron su cultura, su religión e implementaron diferentes tipos de trabajos forzados. De estas colonias se extraían diferentes productos (oro, plata, azúcar, café, tabaco, etc) que tenían como destino las metrópolis europeas. A esta etapa de explotación le siguió el período de independencias latinoamericanas, en la primera mitad del siglo XIX (entre 1810 y 1825). Ya hemos visto que en estas primeras décadas de emancipación las economías locales conservaban prácticamente los mismos rasgos heredados de la dominación española y portuguesa, e incluso había sufrido cierto retroceso debido a las guerras de independencia.
La segunda etapa colonialista se manifiesta a mediados del XIX, cuando Europa estaba en pleno proceso de Revolución Industrial. Se genera así un “nuevo Pacto colonial” o “Pacto Neocolonial”, en el que las potencias no sólo compran las materias primas latinoamericanas, sino que vuelcan aquí sus numerosos productos (manufacturas de origen industrial). Latinoamérica ingresa así al nuevo mercado mundial, en el marco de la 2da Fase de la Revolución Industrial, formando parte del proceso denominado “División Internacional del Trabajo”.