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Los tabúes menstruales nos condicionan a entender la función menstrual como algo que debe sere escondido, algo que causa vergüenza. Y, asimismo, al no ponerle nombre a algo, reforzamos la idea de que no debe ser nombrado.
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Muchas encuestas realizadas alrededor del mundo han reflejado que muchas mujeres sólo pueden hablar sobre la regla con otras mujeres, mientras que muy pocas lo harían con un hombre. Por otro lado, muchas de ellas han evitado ir a algún sitio por miedo a que el resto se de cuenta de que tienen la regla.
Sobre todo son las niñas y adolescentes las que viven este tema como una carga. Por eso, es imprescindible asumirlo como algo normal, no es nada malo ni un secreto ante los ojos de los demás. No se debe realizar ningún desprecio a la regla, porque al final lo que se consigue es despreciar a la mujer. Desde pequeñas, los padres deben concienciar a sus hijas sobre este asunto y evitar cualquier prejuicio negativo que se pueda formar sobre la misma.
Esto debe reflejarse como un tema totalmente normal, ya que forma parte de la vida de cualquier mujer, no se puede tener miedo ni vergüenza a mostrar que hablar y tratar este asunto siga siendo hoy en día tabú. Debe tratarse con total naturalidad, incluso los hombres deberían aceptarlo, evitando bromas incómodas sobre la regla