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El 12 de julio de 2011, Juan José Florián, o ‘Mochomán’, como le gusta que le digan, fue soldado profesional, perdió las dos manos, la pierna derecha y la visión del ojo derecho. Las FARC dejaron frente a la casa de su mamá un paquete explosivo, luego de que ella se negó a pagar una ‘vacuna’. Duró 12 días en estado de coma inducido y al comienzo cayó en un estado de depresión, que, en su momento, superó con la práctica de la natación.
Más tarde, ‘Mochomán’ encontró en el ciclismo su medio para salir adelante, por eso empezó a buscar quién le podía adaptar una bicicleta. “No encontraba quién lo hiciera. Me daban consejos, pero me decían que,
si yo había sobrevivido a una explosión, cómo iba a arriesgar mi vida en una bicicleta, que cuántos ciclistas perdían la vida a diario. Por dentro decía: ‘Este man no me sirve’, y seguía buscando”, recordó.
Ha sido un camino duro, él mismo ha tenido que ir diseñando la bicicleta que se adapte a sus condiciones físicas, paso a paso, tocando puertas y con la ayuda de mucha gente.
‘Mochomán’ no se rinde. Como tampoco se rindió cuando aprendió a manejar un carro, a pesar de que casi no le dan el pase porque le exigían la huella digital teniendo los brazos amputados a la altura del codo; hoy en día tiene el sueño de competir en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 y es muy probable que alcance su meta gracias a su gran tenacidad y dedicación.
dame coronita porfa