• Asignatura: Castellano
  • Autor: gabriela15797
  • hace 1 año

Compara la situación planteada en la fábula y las frases siguientes: “El que acaba primero le ayuda al otro”, “La unión hace la fuerza y contribu-ye al logro de cualquier objetivo”.

Los hijos del labrador

Los dos hijos de un labrador no hacían más

que pelearse. Peleaban por cosas sin impor-

tancia, como a quién le correspondía el tur-

no de manejar el arado, cuál era el más rápi-

do para limpiar los surcos, quién era el mejor

montando a caballo, etc. Cada vez que pe-

leaban dejaban de hablarse, y eran tan tercos

y orgullosos que se negaban a cumplir con

sus deberes con tal de demostrarse entre sí

lo necesarios e imprescindibles que eran. El

resultado de estas peleas era que la hacienda

quedaba abandonada, pues no había quién

la trabajara ni cuidara, con el gran riesgo que

esto suponía.

Para ponerle fin a esta situación, el labra-

dor, que era un hombre inteligente y sabía

que sus hijos no entendían de palabras ni

discursos, decidió darles una buena lección.

Un día les ordenó:

- Vayan al potrero que queda cerca del

bosque, recojan todos los leños que encuen-

tren y tráiganlos aquí inmediatamente.

Los muchachos obedecieron a regaña-

dientes, y una vez en el potrero, empezarona competir para ver cuál de los dos recogía

más leños, lo que dio lugar a otra pelea.

Cuando estuvieron nuevamente ante su

padre este les dijo:

- Junten todos los leños y amárrenlos fuer-

temente con esta cuerda.

Los muchachos hicieron lo que su pa-

dre les pidió.

- Veamos ahora quién es el más fuerte de

los dos. Traten de partir este haz de leña.

Los hijos del labrador se dedicaron a ello

con feroz empeño, poniendo los pies sobre

el haz y jalando con todas sus fuerzas, pri-

mero por turnos y luego los dos juntos, pero

no pudieron partirlo por más que lo inten-

taron. Derrotados, le declararon a su padre

que aquello era imposible.

- Muy bien, desaten ahora el haz y traten

de partir los leños uno por uno, -les pidió.

No les costó mucho cumplir esta orden. A los

pocos minutos todos los leños estaban partidos.

-La misma suerte que acaban de correr

estos débiles leños les puede pasar a cual-

quiera ustedes si deciden mantenerse sepa-

rados. La discordia no conviene cuando se

trabaja por una misma causa. Si nos unimos,

en cambio, seremos muy fuertes y resistentes

y nadie podrá hacernos daño con facilidad,

-sentenció el labrador, con una sonrisa de

satisfacción en los labios.​

Respuestas

Respuesta dada por: aethan0210
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Respuesta dada por: user34678900
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