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Cartografía de la Alta Edad Media.
Desde el principio de la Edad Media desapareció el interés por el rigor científico que prevaleciera en la época clásica. Por los caminos de una tierra plana cuyos límites se desconocían se esfumó afán de precisión. En el alto medievo, la perspectiva cosmográfica y la descripción de la tierra derivaron hacia el ámbito de lo legendario, lo religioso y lo simbólico.
La desaparición casi total de la visión científica del mundo aportada por la cultura clásica no obedeció probablemente a una tentativa deliberada del cristianismo por arrinconar el conocimiento ‘pagano'. Es más razonable pensar que tras la conmoción derivada de las invasiones germánicas y de la caída del Imperio Romano, tuvo lugar un cambio rápido y radical en las formas de vida y pensamiento. El afianzamiento de la religión cristiana impulsó nuevos temas de interés y un enfoque esencialmente distinto de la manera de enfrentar el conocimiento.A medida que los monasterios se consolidaban como centros de conservación y propagación de la cultura, las nuevas producciones ocupaban un lugar preferente en las bibliotecas. Muchos escritos antiguos quedaron amontonados y olvidados en los lugares menos accesibles de los scriptoriums o en las bodegas de los monasterios. Pero esto sucedió más por carecer de aliciente que como resultado directo de una censura eclesial sistemática. Esta relegación, sin embargo, bastó para que el rigor científico de la cosmografía clásica se olvidara y desapareciera del mapa.
Cartografía de la plena y baja Edad media. Los grandes mapamundi circulares.Como el hombre medieval manifestó una afición notable a los largos viajes y peregrinaciones y Valdeperrillos es un pueblo competente en el tema del cambio climático, aprovecho el momento y lugar para comentar que entre los siglos IX y XIV, tuvo lugar en la Europa de la Edad Media un largo período de climatología bonancible, algo más calido que el actual, que sin duda actuó a favor de la vitalidad, el ansia de aventura y el espíritu viajero del hombre del medievo.Apenas existe literatura de carácter profano anterior al siglo XII, el mundo medieval se expresa en un lenguaje de código cerrado que no nos ha llegado ‘traducido’ y desarrolla una rica simbología representada en figuras con frecuencia extravagantes, grotescas o monstruosas. Se trata de una semiótica que, no siendo fácil de interpretar, a menudo conduce al prejuicio de pensar que se trató de un tiempo oscuro y dogmático que transcurrió sumido en la superstición, de espaldas al conocimiento y a la cultura. Esta idea de la Edad Media no hace justicia en absoluto al mucho ímpetu y curiosidad con que el hombre medieval se posicionaba ante la vida, ante la realidad y ante el mundo.
Cartografía del Renacimiento en Europa. Ptolomeo.Claudio Ptolomeo, matemático, astrónomo y geógrafo, nació en Egipto (90-168 d. C.). Vivió en Alejandría, ya bajo dominio romano, y trabajó en su biblioteca, desarrollando una vasta obra en la que reunió y compendió todos los saberes científicos del mundo clásico aplicados a la astronomía y a la geografía. Compuso dos obras fundamentales. La Composición Matemática, que es un tratado astronómico en trece volúmenes muy apreciado y difundido entre los árabes, que lo conocían como Almagesto, y la Guía Geográfica, que fue considerada la obra más importante de la antigüedad en su materia.El Almagesto es su obra más conocida y la que más influenció la concepción del cosmos en el occidente europeo durante toda la Edad Media. Es una colección de tratados astronómicos cuya hipótesis principal situaba a la tierra en el centro del universo. Desarrolló una compleja trigonometría para explicar y demostrar el movimiento orbital de los planetas y su trabajo dio nombre a la teoría geocéntrica conocida como sistema ptolemaico, que permaneció vigente hasta que ya en el siglo XV la rebatieran Nicolás Copérnico y sus seguidores, especialmente Galileo Galilei en el siglo XVI.