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cambiaron drásticamente ya que algunos tuvieron que trabajar en casa, otros como vendedores de servicios tuvieron que exponersen yendo a trabajar y otros fuera despedidos por diferentes causas
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Muchos campos laborales populares entre los trabajadores mayores han experimentado despidos, recortes salariales y reducción de horas. "La pandemia de COVID-19 ha causado un daño económico enorme, pero no ha perjudicado a todos por igual", escribe Jonathan Rothwell, economista principal de Gallup (en inglés). "Los trabajadores que proporcionan servicios en persona son los que se han visto más afectados por los despidos y los recortes salariales".
Por ejemplo, cuando los teatros y los cines se cierran al público, el elenco y el equipo de rodaje que crean tus representaciones favoritas del escenario y la pantalla se quedan sin trabajo, al menos temporalmente. Pero el efecto dominó es mucho mayor, causando la pérdida de empleo de los acomodadores, recolectores de entradas, empleados de los puestos de ventas y otros —trabajos que a menudo ocupan los adultos mayores, ya que ofrecen horarios a tiempo parcial—.
Para frenar la propagación del coronavirus, muchos Gobiernos locales y estatales cerraron temporalmente las tiendas y salas de exposición no esenciales, lo cual significó que los empleados en estos campos se quedaron sin trabajo. La crisis del coronavirus ha estimulado el crecimiento del trabajo online. No se trata solo de los sectores medios profesionales, sino también de los trabajadores de la llamada «economía de plataformas».
La tendencia a trabajar online a distancia está experimentando un impulso decisivo mientras el Covid-19 fuerza a empresas y organizaciones a imponer políticas de trabajo remoto en un mundo que cada vez proscribe más el contacto físico. El cambio repentino al trabajo digital remoto, masivamente y de la noche a la mañana, tiene el potencial de acelerar los cambios en la forma de trabajar y en nuestras ideas sobre la organización del trabajo.
Si observamos el cuadro más amplio, el Covid-19 puede resultar un punto de inflexión trascendental para la transformación digital del lugar de trabajo. Parece casi imposible que se vuelva a encerrar al genio digital en la botella una vez que la emergencia sanitaria haya terminado.