• Asignatura: Historia
  • Autor: naxitaruli
  • hace 2 años

porque razon la historia de roma esta marcada por la violencia y la traicion?

Respuestas

Respuesta dada por: lourdesintriago24
1

Respuesta:

La Historia Antigua y, en particular, la historiografía del mundo romano no es ajena a este fenómeno. Cada año se publican en el

mundo miles de artículos y centenares de libros sobre los temas

más diversos, aunque sólo unos pocos suponen cambios sustanciales en los conocimientos adquiridos. Pero también es cierto que

una nueva fuente de información, una novedosa reinterpretación

puede cambiar la percepción del «universo» romano y, en consecuencia, su interpretación, comprensión y explicación. No obstante, estos cambios historiográficos son más notorios en unos períodos que en otros, por razones obvias: el mito se presta más a la

interpretación que la economía; la legislación es menos discutible

que la estructura social; en fin, los sistemas políticos suelen ser más

perdurables que las creencias religiosas. En su ciclo vital un romano podía cambiar de creencias (de los dioses domésticos a los

públicos, de éstos a los «extranjeros»), pero pocos vivieron la experiencia histórica del paso de un sistema político determinado a

otro diferente: de la Monarquía a la República; de ésta al Imperio;

dentro de éste incluso del Principado al Dominado. Por otra parte,

se constata fácilmente que los períodos más tempranos son también

los peor documentados y, en consecuencia, sujetos a todo tipo de

lucubraciones. Desde la protohistoria italiana hasta la desaparición del Imperio Romano de Occidente en 476 hay casi quince siglos de evolución histórica aunque, a decir verdad, la historia romana propiamente dicha no es anterior al siglo vil a.C. ni posterior

a mediados del v. A medida que se avanza en el tiempo cambia

también el tipo de fuente de información; las fuentes arqueológicas

van dejando paso a las «escritas», y más tarde las fuentes literarias

a las «historiográficas» sensu stricto. No obstante, la historiografía

reciente ha puesto finalmente — por así decirlo— orden en el caos

y hoy el «discurso arcaico» tiene poco o nada que ver con el de

hace tan sólo dos décadas. Algo similar puede decirse del período

«republicano», aunque aquí la tendencia es anterior. Baste recordar

que una obra como La revolución romana de R. Syme, dedicada a

los últimos decenios republicanos y que significa un salto cualitativo en este tipo de estudios, se publicó por primera vez en Oxford,

1939, con una reimpresión en 1968, aunque la traducción española es de 1989. Pero tópicos e innovaciones son también frecuentes

en el análisis histórico del período imperial y, especialmente, en la

Roma bajoimperial. Aquí el problema principal estriba en el res-

Introducción

peto consuetudinario que, salvo raras excepciones, la historiografía

ha dispensado a la evolución cronológica por emperadores y dinastías. Ciertamente, resulta difícil, no ya romper con la costumbre

historiográfíca al uso, sino ante todo presentar una alternativa de

análisis que resulte satisfactoria sin inducir a la confusión. Son

tantos los emperadores y tan diferentes — aun dentro de una misma

dinastía— en su obra política, económica, social, cultural o ideológica que resulta difícil asociar a unos y otros sin caer en tópicos

o generalidades inadecuadas. En otras ocasiones la incongruencia

es manifiesta o cuando se proponen análisis teóricos que, aun siendo necesarios, no se corresponden con los hechos. Qué decir del

Siglo de oro (saeculum aureum, como decían los romanos), de la

crisis del m, de la decadencia del iv y v, de las invasiones gérmanicas, del esclavismo altoimperial, de la marginación de la mujer,

del status, de la moderatio imperial, de las persecuciones contra los

cristianos. Todos estos conceptos y muchos más son aquí revisados

y en general sustituidos por otros que resultan más adecuados al estado actual de conocimiento de los distintos temas. En estas y

otras muchas cuestiones no se ha aceptado aquí el paradigma de la

historiografía tradicional, sino que, por el contrario, siempre que ha

sido posible se ha formulado una nueva tesis alternativa fundamentada en datos y argumentos, en los materiales incluidos en los

Apéndices (A-E) que figuran al final del volumen: bibliografía

comentada, términos técnicos, prosopografía, cronología, material gráfico. Éstos pretenden suplir la información complementaria

que, en un estudio como éste, suele incluirse en las notas a pie de

página.  

Explicación:

Espero q te sirva

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