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En el anterior artículo de Baldi Figueras aprendimos qué es la actitud proactiva: “Una persona proactiva es aquella capaz de auto-liderarse al margen de lo que sucede a su alrededor, evitando reaccionar ante lo inesperado. Asume, de forma consciente, la co-responsabilidad de su conducta para decidir cómo quiere actuar y cómo sentirse ante los estímulos que percibe, teniendo siempre en cuenta sus objetivos para generar nuevas oportunidades”.
En el artículo de hoy, Baldi analiza cuáles son las características concretas de las personas reactivas frente a las proactivas, y cómo poner en práctica la proactividad tanto en uno mismo como en el entorno profesional.
Características de las personas reactivas
Las personas reactivas tienen dificultades para posicionarse ante las circunstancias. Sus características son:
– Se desbordan emocionalmente ante las situaciones externas adversas.
– El 100% de su bienestar o malestar interno depende de si su entorno está bien o mal.
– Pierden mucha energía juzgando y criticando a los demás.
– Perciben los cambios como amenazas y por tanto, acaban saboteándolos.
– Tienden a quejarse verbalmente, pero no ejecutan ninguna acción al respecto.
– Están inmersos en sus preocupaciones y no buscan posibles soluciones.
– Tienen tendencia a ser pesimistas.
– Les falta iniciativa.
– Tienden a culpar a los demás.
Características de las personas proactivas
Las personas proactivas se mueven con un pensamiento estratégico. Sus características son:
– Positivas. Procuran ser muy positivas antes las situaciones, para evitar caer el victimismo.
– Creativas. Usan la creatividad para poder elaborar constantemente alternativas.
– Impulsoras de metas. Tienen claros sus objetivos y generan acciones para lograrlos. Su mirada está puesta en las acciones a medio plazo, pero alienadas con su objetivo a largo plazo.
– Toman decisiones. Se anticipan a los problemas, no permiten que estos se alarguen en el tiempo sino que toman decisiones rápidas y pragmáticas. Actúan gestionando los imprevistos en base los objetivos que se ha marcado.
– Asertivas. Comunican a su entorno de forma adecuada cómo se sienten, qué opinan y qué necesitan.
– Con iniciativa. Son conscientes de su libertad para poder elegir una respuesta interna y externa ante las circunstancias. Tal y como dice José Antonio Marina tienen muy desarrollada lo que se denomina “inteligencia ejecutiva”.
– Constancia. Su constancia es permanente, focalizan sus esfuerzos y acciones. Consiguen resultados tangibles, dado que siempre están orientados a los objetivos.
– Auto-confianza. Tienen claras cuáles son sus fortalezas y sus debilidades y confían en su capacidad y potencial para poder superar las situaciones adversas.
4 pasos para ser proactivos
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