4 formas de cómo podemos aprovechar los fenómenos naturales

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Respuesta dada por: mariajoseroble51
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Aunque el agua es el elemento esencial por excelencia para la vida en la tierra, su abundancia repentina  puede tener efectos devastadores. Un país que conoce bien la fuerza destructiva del agua es Haití, que tiene una exposición particularmente alta a los desastres naturales pero una capacidad de gestión de riesgo de sucesos catastróficos bastante escasa.

Por ejemplo, en 2008 Haití fue arrasado por tres huracanes y una tormenta tropical en menos de un mes. El daño causado por las inundaciones y la erosión resultantes fue masivo: ese año, los huracanes Gustavo y Hanna produjeron daños estimados en aproximadamente US$900 millones, según el gobierno de Haití.

En 2009, el BID financió la construcción de infraestructura crítica como parte del Programa de Mitigación de Desastres Naturales I (PMDN I), con el fin de reducir la vulnerabilidad medioambiental y socioeconómica a los desastres naturales de la población que vive en las cuencas de los ríos Artibonite y Cavaillon.

Sin embargo, una vez finalizado el proyecto, el equipo se enfrentó a una serie de dificultades: ¿cómo se puede analizar de manera confiable el impacto de las medidas de mitigación de desastres naturales cuando los datos son escasos? ¿Cómo se puede saber si los beneficios del proyecto son mayores a sus costos? ¿Y cómo puede el Banco usar tales hallazgos para mejorar operaciones futuras?

¿Qué produjo el Programa de Mitigación de Desastres Naturales (PMDN I)?

A través del PMDN I se financió la construcción de cuatro obras de protección de los bancos del Artibonite y del Cavaillon río abajo. La poderosa corriente del río Artibonite provocó la erosión de los canales construidos desde el río para alimentar el sistema de irrigación más grande del país.

Sin estos canales, los productores de arroz y hortalizas que cultivaban una superficie de unas 15.862 hectáreas tendrían que depender únicamente de aguas lluvias para irrigar sus campos, siendo esta  una fuente mucho menos confiable de agua y un sistema riesgoso que eventualmente produciría pérdidas en la agricultura.

Para impedir el colapso de estos canales por erosión, el PMDN I financió la construcción de tres muros de contención de hormigón de una altura aproximada de 9 metros conocidos como “muros de Berlín”.

El PMDN I también financió la construcción de muros de gavión (estructuras de mallas de metal rellenas de rocas) río abajo en la cuenca del Cavaillon con el fin de proteger la ciudad de Maniche. Esta última había sufrido pérdidas económicas importantes, sobre todo en el sector agrícola, como resultado de su frecuente exposición a las inundaciones.

¿Cómo podemos saber si el proyecto fue efectivo?

Después de invertir US$13,9 millones en el componente de infraestructura del proyecto, el gobierno de Haití y el BID se propusieron medir la efectividad de la infraestructura construida en el marco del PMDN I antes de contemplar una segunda fase.

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