• Asignatura: Historia
  • Autor: rochamunozyandil
  • hace 1 año

de acuerdo con el texto,se puede inferir q el Inca Garcilaso de la Vega es un autor q pertenece a:A la crónica española,B la crónica indígena,C la crónica mestiza,D ninguna​

Respuestas

Respuesta dada por: army21uwu
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Con Gómez Suárez de Figueroa, Inca Garcilaso de la Vega, se iniciará la literatura hispanoamericana escrita por su autor más relevante: el criollo mestizo. El Inca Garcilaso y sor Juana Inés de la Cruz son, posiblemente, los escritores más importantes del periodo colonial, caracterizado éste por la abundancia de autores nacidos en la Península (cronistas de Indias, escritores de épica culta, hombres de la Ilustración y de la literatura de viajes).

Por lo que se refiere a la historiografía indiana, muchas crónicas fueron escritas por españoles que se embarcaron a América en calidad de conquistadores, soldados o cronistas, como es el caso de Hernán Cortés, Bernal Díaz del Castillo, Cieza de León, Gonzalo Fernández de Oviedo o Agustín de Zárate. Otros cronistas describieron la realidad americana sin haber pisado nunca su territorio, como Francisco López de Gómara o Pedro Mártir. Sus textos historiográficos se rigen, en su mayoría, por el nacionalismo, el imperialismo, el providencialismo, el universalismo católico y un punto de vista eurocentrista.

En general, los descubridores y conquistadores españoles fueron incapaces de concebir una cultura distinta a la suya. No comprendieron que los pueblos descubiertos formaban parte de una civilización antigua y milenaria. Algunas voces se alzaron contra esta monolítica visión como algunos cronistas misioneros, el humanista Pedro Mártir, José de Acosta, Bartolomé de las Casas o Garcilaso de la Vega. La obra de éste aporta por su condición mestiza, su origen americano y su ascendencia española e indígena una visión distinta, más enriquecedora -por ambigua y compleja- del hecho histórico de la conquista e implantación de una cultura ajena al mismo tiempo que nos da noticias valiosas sobre su propio pueblo. Garcilaso intentó, a través de su obra, que se comprendiera en todo su valor el legado de la civilización inca así como iniciar un diálogo entre dicha civilización y la cristiana u occidental.

Nacido en el Cuzco, en 1539, Gómez Suárez de Figueroa es hijo natural de un capitán extremeño, Garcilaso de la Vega, y de una princesa indígena, Chimpu Ocllo, sobrina del Inca real Huayna Cápac. Estudió en un colegio de indios nobles que se fundó, para esta primera generación de mestizos, en el Cuzco1. Por esta época vivió junto a su padre los graves motines, rebeldías y perturbaciones que ocurrieron en el Cuzco, motivados por las luchas entre los intereses de los conquistadores y los de la corona española.

Como era costumbre y siguiendo recomendaciones de la corona, que no veía con buenos ojos matrimonios mixtos o de distinta procedencia social y cultural, el padre de Gómez Suárez de Figueroa se casó el 24 de junio de 1549 con doña Luisa Martel de los Ríos, una joven panameña nacida en enero de 15352. La madre del Inca, Chimpu Ocllo, contraería matrimonio con Juan del Pedroche3. Nuestro autor silenciará en sus autobiográficos Comentarios reales tales sucesos, que deshonraban tanto el nombre de su padre como el suyo propio. Garcilaso siguió viviendo en la casa paterna, relacionándose con los hombres de conquista que rodeaban a su padre4, sin por ello perder los vínculos tan estrechos que tuvo con su madre y parientes maternos y que tanto le servirían para la composición de sus Comentarios reales5.

En enero de 1560, con veintiún años de edad, parte del Cuzco a España el aún llamado Gómez Suárez de Figueroa. Ni él mismo sabía que nunca más volvería a su país, ni a reencontrarse con su madre. En un viaje que aparece bien detallado en sus Comentarios reales, Garcilaso hizo el trayecto hacia Lima, rumbo Panamá; cruzado el istmo de Panamá, pasó a Cartagena de Indias, Lisboa (donde, nos cuenta, estuvo a punto de perder la vida), y llegó a España. Tras su paso por Sevilla, se establecería en Montilla, Córdoba, bajo la tutela de su tío paterno el capitán Alonso de Vargas. De éste recibirá el apoyo fundamental y decisivo para asentarse en tierras españolas. Su estancia en Montilla comprende desde 1561 a 1591, año en que se traslada definitivamente a Córdoba6.

Su viaje a España tenía un claro motivo: ir a la Corte a pedir compensaciones o mercedes por los servicios prestados por su padre y por la restitución patrimonial de su madre Chimpu Ocllo. Siguiendo su propio testimonio, sus peticiones fueron desoídas por culpa de las declaraciones del licenciado Lope García de Castro, presidente del Consejo y futuro Gobernador del Perú, quien declaró que el capitán Garcilaso había prestado su caballo «Salinillas» al rebelde Gonzalo Pizarro, en la batalla de Huarina, salvándole, de esta manera, la vida. De nada servirían las palabras de Garcilaso negando tales hechos y calificándolos de falsos testimonios. Ni el rey ni el Consejo de Indias accederían a sus pretensiones. Mayor sería su amargura y su frustración al saber que tales testimonios nunca podrían ser levantados porque así constaba en las relaciones oficiales de Diego Fernández, el Palentino, y de Agustín de Zárate.

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