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Respuesta:La función principal de un árbitro es hacer que el juego se lleve a cabo con la menor cantidad posibles de interferencias, y su responsabilidad fundamental, cuidar la integridad física de los jugadores. El Baloncesto es un deporte de contactos y lógicamente por esos contactos habrá jugadores lesionados, pero estas lesiones deben ser el producto de un accidente, no del acto deliberado de querer causar daño.
Esta profesión implica algunas prácticas y actitudes de parte del árbitro con el juego y sus contendientes.
Los siguientes puntos se consideran para que el árbitro ejecute su trabajo satisfactoriamente.
El potencial de la presencia
El árbitro que a través de la influencia de su presencia hace que los jugadores eviten las violaciones de las reglas, ha logrado perfecta relación con el juego. Su influencia se siente, pero el no se nota.
Probablemente no haya una simple regla o características personales, las cuales cada oficial debe tener para lograr el acercamiento hacia esta relación. Ni tampoco es necesario que haya un patrón fijo. Así mismo, no hay dos juegos o situaciones iguales.
El árbitro por alguna combinación de características y a través de algún patrón que puede variar de juego a juego, crea una influencia que hace que los jugadores eviten la infracción de las reglas. Se establecen la confianza y la cooperación de alguna manera, los jugadores parecen darse cuenta que hay alguien que está cumpliendo con su trabajo, que está en el lugar correcto, en el momento correcto, que es justo, que es consciente, que entiende y siente el significado de cada situación.
Es interesante notar, que los árbitros establecen o fallan en establecer su influencia, al inicio del juego. La reacción inicial rara vez cambia. Por eso es tan importante que el árbitro tome control del juego en los primeros minutos, que esté cerca de la jugada, que sancione oportunamente indicando en forma rápida cual es el equipo que debe poner en juego el balón, al sancionar debe demostrar seguridad, firmeza, valor y en esa forma proyectar su personalidad, ganándose la confianza de jugadores y espectadores. Recordemos, es más fácil aflojar después que hemos sujetado firmemente, lo contrario hace que el juego se torne difícil.
Relación entre árbitro y jugador
Una relación personal que crea amistad y confianza no es antagonismo, es esencial para un control satisfactorio del juego. Se observa una relación armoniosa entre jugadores y árbitros sin saber exactamente como nació. Algunos árbitros lo han logrado por tácticas estrictas al empezar el juego, otros por medio de una actitud severa y firme, pero a la vez cortés y amable, y aún otros, por medio de un acercamiento cálido, placentero. Otros han llegado con un acercamiento autoritario, mientras que otros han sido más humildes y a la vez sinceros. Algunos han introducido temor en el corazón de los jugadores, pero con eso se han ganado su respeto.
Aquí nuevamente debe decirse, que los acercamientos correctos y adecuados deben encajar en la ocasión. Es decir del árbitro y su inteligencia, descubrir en cada juego cómo debe acercarse a los jugadores e influir de manera que el juego se lleve de acuerdo con las reglas que él tiene la obligación de hacer respetar. Algunos árbitros han utilizado un acercamiento correcto y adecuado que debe encajar en la ocasión. También cada individuo debe seguir el método que mejor le encaje en su propia personalidad. El arte de ser uno mismo y de ser capaz de influir el acercamiento correcto para cada situación, es el secreto para establecer la correcta relación.
Buenas relaciones públicas
Un árbitro puede hacer que los jugadores sientan su influencia y desarrollar las más firmes relaciones con ellos, pero al mismo tiempo ser odiosas para los espectadores. El amaneramiento del árbitro puede levantar el antagonismo del público. El árbitro que parezca excitado o que reaccione lentamente, o que parezca indeciso, o que no interprete sus decisiones o no las haga suficientemente claras para los espectadores, tendrá dificultad en establecer unas buenas relaciones públicas. Debe ser un hombre fuerte y silencioso, debe dominar la jugada, pero hacerse notar lo menos posible, debe recordar que el deporte fue creado para los jugadores y no para el.
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