• Asignatura: Castellano
  • Autor: sr1017747
  • hace 1 año

ACTIVIDAD TRES

Lee el siguiente fragmento de la obra Pepita Jiménez de Juan Valera y desarrolla la actividad.

[Carta del seminarista don Luis a su tío el deán]

Ya he dicho a usted en otras cartas que los ojos de Pepita, verdes como los de Circe 1, tienen un mirar tranquilo y honestísimo. Se diría que ella ignora el poder de sus ojos, y no sabe que sirven más que para ver. Cuando fija en alguien la vista, es tan clara, franca y pura la dulce luz de su mirada, que, en vez de hacer nacer ninguna mala idea, parece que crea pensamientos limpios; que deja en reposo grato a las almas inocentes y castas, y mata y destruye todo incentivo en las almas que no lo son. Nada de pasión ardiente, nada de fuego hay en los ojos de Pepita. Como la tibia luz de la luna es el rayo de su mirada.

Pues bien, a pesar de esto, yo he creído notar dos o tres veces un resplandor instantáneo, un relámpago, una llama fugaz y devoradora en aquellos ojos que se posaban en mí. ¿Será vanidad ridícula sugerida por el mismo demonio?

Me parece que sí; quiero creer y creo que sí.

Lo rápido, lo fugitivo de la impresión, me induce a conjeturar que no ha tenido nunca realidad extrínseca, que ha sido un ensueño mío.

La calma del cielo, el frío de la indiferencia amorosa, si bien templado por la dulzura de la amistad y de la caridad, es lo que descubro siempre en los ojos de Pepita.

Me atormenta, no obstante, este ensueño, esta alucinación de la mirada extraña y ardiente.

Mi padre dice que no son los hombres, sino las mujeres, las que toman la iniciativa, y que la toman sin responsabilidad, y pudiendo negar y volverse atrás cuando quieren. Según mi padre, la mujer es quien se declara por medio de miradas fugaces, que ella misma niega más tarde a su propia conciencia, si es menester, y de las cuales, más que leer, logra el hombre a quien van dirigidas adivinar el significado. De esta suerte, casi por medio de una conmoción eléctrica, casi por medio de una sutilísima e inexplicable intuición, se percata el que es amado de que es amado, y luego, cuando se resuelve a hablar, va ya sobre seguro y con plena confianza de la correspondencia.

¿Quién sabe si estas teorías de mi padre, oídas por mí, porque no puedo menos de oírlas, son las que me han calentado la cabeza y me han hecho imaginar lo que no hay?

De todos modos, me digo a veces, ¿sería tan absurdo, tan imposible que lo hubiera? Y si lo hubiera, si yo agradase a Pepita de otro modo que, como amigo, si la mujer a quien mi padre pretende se prendase de mí, ¿no sería espantosa mi situación?

Desechemos estos temores, fraguados, sin duda, por la vanidad. No hagamos de

Pepita una Fedra y de mí un Hipólito.2



2. Resume en 6 líneas el contenido de este fragmento.

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6. Señala los paralelismos semánticos (frases que dicen lo mismo con distintas

palabras).

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7. Encuentras alguna anáfora, símil y metáforas.

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Respuestas

Respuesta dada por: gutierrezestiven54
3

2. Resume en 6 líneas el contenido de este fragmento.

El joven seminarista Luis de Vargas, de 22 años de edad, hijo único del rico hacendado don Pedro, desde niño se ha educado en la ciudad bajo el cuidado y buen ejemplo de su tío, deán de la catedral.

Luis, seguro de su vocación sacerdotal y muy animado por la fe y entusiasmo con que piensa llevar a cabo su labor misionera en el lejano Oriente, predicando el Evangelio entre los infieles, espera con devoción el día, próximo ya, en que deberá pronunciar sus votos.

Convocado por su padre para que pase con él unas breves vacaciones antes de recibir las órdenes eclesiásticas, retorna a su pueblo natal, donde conoce a Pepita Jiménez, una joven viuda de 20 años, de gran belleza y piedad, a quien corteja don Pedro, hombre ya de 55 años.

Pepita se había casado a los 16 años de edad con un tío suyo octogenario. Viuda antes de los 19, desde entonces había llevado una vida honesta, dedicada a su casa y a obras de caridad.

El trato asiduo entre el futuro sacerdote y Pepita anima y colorea la gris existencia de aquél, quien siempre había vivido entre libros, místicos y teólogos; pero también lo atormenta, pues le va creando graves sentimientos de culpa.

El joven acompaña a la viuda en sus paseos por el campo, asiste a reuniones en su casa y, poco a poco, surge en ambos una gran pasión, sin que él la estimule ni desee y a la cual primero opone resistencia, pues la considera pecaminosa.

6. Señala los paralelismos semánticos (frases que dicen lo mismo con distintas

Conforme pasa el tiempo, su amor por Pepita se hace más fuerte que su vocación religiosa y el respeto a su padre, de quien no quiere ser rival.

7. Encuentras alguna anáfora, símil y metáforas

La inconciencia al simplemente hacerlo porque querer hacerlo sabiendo y siendo consiente de el daño que se hace al medio ambiente o la necesidad porque no se puede tener en  ese lugar o porque se nos hace sencillo tener un papel en la mano, como no sirve se bota y ya

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