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La última Dictadura Cívico-Militar no solo hizo desaparecer a seres humanos. La política económica de Martínez de Hoz, Aleman, Sigaut y Wehebe, hizo desaparecer miles de fábricas, medianas (pymes), chicas y también algunas grandes. Pero no todas salieron perdiendo. Un reducido grupo de empresarios nacionales y extranjeros acumuló durante esos años extraordinarias fortunas a costa de un país que se empobrecía. Algunos de esos grupos ya eran importantes aun antes de la Dictadura (Alpargatas, Acindar, Pérez Companc, Techint).- Otros como Bridas de la familia Bulgheroni, o Socma de la familia Macri recién llegaron a compartir las mieles del poder gracias a los resultados que consiguieron de esa Dictadura del 76. Los grupos nacionales y extranjeros compartían tres características: 1) Eran grupos muy diversificados, es decir, presentes en varios sectores de la industria; 2) Tenían fuerte conexión con el aparato estatal y 3) Tenían una “pata” en el sector financiero.
La diversificación que tenían los grandes grupos empresarios, les permitió en una economía que se desbarrancaba, apostar a varios caballos al mismo tiempo y mudar su dinero de una empresa a otra cada vez que era necesario para eludir al Fisco. El Grupo Pérez Companc por ejemplo, además de la Cía. Naviera Pérez Companc, que se dedicaba al negocio petrolero, tenía SADE, dedicada a las obras públicas y de sus Bancos, el Banco Río y el Ganadero, además de una empresa de Telecomunicaciones llamada Pecon Nec, una fábrica de Calderas Mellor Goodwin y propiedades en el sector Pesquero y Agropecuario. También apostó dinero al sector nuclear con la empresa Argatom y al sector papel, con Papel Tucumán. Y también al sector financiero a través del Banco Palmares y el Banco del Interior. Otro ejemplo que nos toca muy de cerca es el Grupo Macri, con Socma, (su nave insignia), Sideco Americana, en la construcción, Sevel en la automotriz, Manliba en el sector servicios, Philco en la industria de electrodomésticos y mucho las otras diversificaciones que se aumentaban a medida que se incrementaban sus patrimonios. Por supuesto que no dejamos afuera a Techint con Paolo Roca, a la cabeza actualmente del imperio. La lista es muy larga. Lo que hay que saber es que en la consolidación de los denominados “Capitanes de la Industria”, mucho tuvo que ver el papel central que esas empresas tuvieron que ver con la “patria financiera”. No fue casual, sino lógico que en momentos en que era más fácil incrementar las ganancias a través de la renta financiera (igual que ahora). Por eso los grupos que durante la dictadura ganaron más dineros fueron los que tenían Bancos y Financieras. Por ejemplo el Grupo Garovaglio y Zorraquín, dueños de empresas como Ipako y metalúrgicas como Acrow y Saiar, incrementaron sus ganancias con los negocios de sus tres Bancos, a saber: El Español, El Comercial del Norte y el Banco Unido del Litoral, que teníamos una sede aquí en Concordia.
Macri tuvo algunos años el Banco Italia. El Grupo Robert, dueños de Alpargatas y de Atanor, sacó tajada también de la patria financiera con el Banco Francés y el Banco Robert. El Grupo Braun, de los Peña Braun del jefe de Gabinete actual fueron dueños del Banco Galicia y el Banco Argentino de Inversión, etc, etc.
Ahora bien, la consolidación de todos estos grupos económicos, nacionales y extranjeros fue posible gracias a un mecanismo que ahora también se practica: un gran endeudamiento externo. Por eso se puede afirmarse que los 50 mil millones de deuda externa que tenía en ese momento la dictadura militar, fueron créditos que gozaron esos grupos y las empresas del Estado, aunque no fueron contraídos para financiar inversiones productivas, sino para darle aire a la política económica de los años 80. El grado de responsabilidad, por no decir culpabilidad, de esos grupos económicos, los da el dato de que a fines de 1982, nada más que 30 grupos económicos locales concentraban US$ 7.139 millones de dólares de la deuda externa y 106 empresa extranjeras estaban endeudadas con el exterior en 8.118 millones de dólares. En resumen, 2 de cada 3 dólares que debía el sector privado habían sido por créditos de pocas empresas. A esa fecha el grupo Celulosa debía, 1.500 millones de dólares; Pérez Companc 1.100 millones, Acindar 650 millones, Bridas 600, Garovaglio y Zorraquín 340 millones de dólares, Techint 280, etc. Ahora bien el crecimiento de todos estos holdings durante la dictadura no hubiese sido posible sin la existencia de un aparato del Estado que estuvo no solo a sus disposición, sino directamente manejado por ellos.
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