a que se refiere cuando dice"cada golpe que nos daba precisaba una respuesta ayuda porfavor doy coronita​

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Respuesta dada por: narcisaruiz2008
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Respuesta:

rólogo al libro El partido marxista-leninista, publicado por la Dirección Nacional del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba, La Habana, 1963.

Este pequeño libro está destinado a iniciar a los militantes del Partido, en el amplio y riquísimo acervo de las ideas marxistas-leninistas.

La elección de los temas es simple y efectiva. Se trata de un capítulo del Manual de marxismo-leninismo de Otto V. Kuusinen y de una serie de discursos de Fidel Castro. La selección es buena porque en el capítulo del Manual de marxismo-leninismo se sintetiza la experiencia de los partidos hermanos y se da un esquema general de lo que debe ser y cómo debe actuar un partido marxista-leninista, y en la sucesión de discursos del compañero Fidel se ve desfilar la historia política de nuestros país a través de las palabras en algunos casos autobiográficos, del dirigente de la Revolución.

Las dos cosas están íntimamente ligadas, la teoría general como expresión de las experiencias del Partido Comunista de la Unión Soviética y de los partidos marxista-leninistas de toda la humanidad y la aplicación práctica de estas ideas generales a nuestras especiales características. De las peculiaridades que dan el marco al desarrollo de los acontecimientos sociales en esta región del mundo, no debe inferirse que existan excepciones históricas; simplemente, en el marco general de la teoría, hija de la experiencia, cabe el caso específico de la situación cubana que agrega nuevas experiencias al movimiento obrero del mundo.

El manual nos enseña con meridiana claridad qué es un partido marxista leninista: «personas fundidas por una comunidad de ideas que se agrupan para dar vida a las concepciones marxistas, es decir, para llevar a cabo la misión histórica de la clase obrera.» Explica además cómo un partido puede vivir aislado de la masa, cómo debe estar en permanente contacto con ella, cómo debe ejercer la crítica y la autocrítica y ser muy severo con sus propios errores; cómo no debe basarse solamente en conceptos negativos de lucha contra algo, sino también en conceptos positivos de lucha por algo, cómo los partidos marxistas no pueden cruzarse de brazos esperando que las condiciones objetivas y subjetivas, formadas a través del complejo mecanismo de la lucha de clases, alcancen todos los requisitos necesarios para que el poder caiga en manos del pueblo como una fruta madura. Enseña el papel dirigente y catalizados de este partido, vanguardia de la clase obrera, dirigente de su clase, que sabe mostrarle el camino el triunfo y acelerar el paso hacia nuevas situaciones sociales. Insiste en que aún en los momentos de reflujo social, es necesario saber retroceder y mantener firmes los cuadros para apoyarse en la próxima ola y avanzar más lejos, hacia el fin fundamental del partido en la primera época revolucionaria, que es la obtención del poder.

Y es lógico que este partido lo sea de clase. Un partido marxista-leninista mal podría ser de otra manera; su misión es buscar el camino más corto para lograr la dictadura del proletariado y sus militantes más valiosos, sus cuadros dirigentes y su táctica salen de la clase obrera.

No puede concebirse que la construcción del socialismo se inicie con un partido de la clase burguesa, con un partido que tuviera entre sus integrantes una buena cantidad de explotadores y éstos fueran encargados de fijar su línea política. Evidentemente, una agrupación de ese tipo sólo puede dirigir la lucha en una etapa de liberación nacional, hasta ciertos niveles y en determinadas circunstancias. En el momento siguiente, la clase revolucionaria se convertiría en reaccionaria y se establecerían nuevas condiciones que obligarán a la aparición del partido marxista-leninista como dirigente de la lucha revolucionaria. Y ya, en América al menos, es prácticamente imposible hablar de movimientos de liberación dirigidos por la burguesía. La Revolución cubana ha polarizado fuerzas; frente al dilema pueblo o imperialismo, las débiles burguesías nacionales eligen el imperialismo y traicionan definitivamente a su país. Se pierde casi totalmente la posibilidad de que en esta parte del mundo se produzca un tránsito pacífico al socialismo.

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