Respuestas
Respuesta:
Hay ocasiones en que recibimos extraños regalos. Este fue el caso de mi hermana pequeña, a la que, una señora del distrito le obsequió una extraña muñeca de ojos saltos y del tamaño de un toma de un año. Desde el momento en que entró la muñeca en nuestra casa percibí algo extraño, una extraña sensación que recorría mi cuerpo y me advertía de que el riesgo estaba en cualquier lugar.
Esa noche, mi hermana, desde su cama, me solicitó si le podía aproximar la muñeca pues se la había olvidado en la mesa de la cocina. Algo atemorizado, bajé las escaleras de nuestra vieja casa, mas sorprendente psique al entrar en la cocina no había ni indicio de la muñeca, algo que me hizo tener escalofríos pues mismo hubiese jurado que la muñeca se hallaba encima de la mesa de la cocina.
Me acosté y me quedé pensando sobre lo que había pasado con la muñeca, procurando percatarme de que eran temores inmotivados y que un objeto inanimado no puede ser peligroso para las personas. Tras un rato de pensamientos absurdos logré hallar un tanto de sueño y me dormí.
Abrí los ojos tras un rato puesto que sentí un estruendos en mi habitación, en ese instante vi a la muñeca sobre mi guardarropa, tenía los ojos alumbrados y se comenzó a desplazar hasta mi cama, precipitándose sobre mi en donde empezó a ahogarme con sus pequeñas y frías manos. Luché con todas y cada una mis fuerzas , y a pesar de que me hizo alguna herida, logré liberarme de ella y tirarla por la ventana. En ese instante, y por la carencia de oxigeno tras el forcejeo me desfallecí cayendo de forma áspera al suelo.
Me levanté en el centro de salud al lado de mis progenitores, lo que me confortó. Pregunté a mi madre por mi hermana, me afirmó que estaba bien, en la escuela, y que se había llevado la muñeca al colegio
Ya mi coronita