Respuestas
Respuesta:
San Ambrosio fue pues el primer lector silencioso
Explicación:
A la vuelta de un viaje a la ciudad de Chambéry, en Saboya, se me ha convertido en infinito un tema al que apenas había prestado atención hasta ahora. Fui a Chambéry a un curioso festival de literatura en el que, a primeras horas de la mañana, la banda municipal de la ciudad va a la estación a esperar el tren de París para recibir con bombo y platillo a los catorce jóvenes escritores franceses que, de entre los doscientos que el año pasado en Francia publicaron su primera novela, han sido seleccionados por comités de lectura de la ciudad como los mejores del año pasado. Durante dos días, los escritores noveles se mezclan con los panaderos y las cocineras de la ciudad y van incluso a sus casas y comentan con ellos su primera obra literaria. Con ser curiosa esta feria literaria (creo que impensable en España), no fue esto lo que raptó mi atención en Chambéry, sino la pregunta que nos hicieron por la noche a Alberto Manguel y a mí en el coloquio de la sesión inaugural: ¿quién fue su primer lector?
Hasta entonces, la lectura normal, ordinaria, se hacía siempre en voz alta. San Ambrosio fue el primer lector silencioso
Nunca me había preguntado quién fue la primera persona que me leyó y, asustado ante la cuestión, preferí irme por las ramas y desviar la respuesta hacia otros parajes y me dediqué a hablar del primer lector mental que hubo en el mundo. Cité fragmentos de Una historia de la lectura, de Alberto Manguel, y hablé de cuando san Agustín entró de repente en Milán en la cámara de san Ambrosio, su maestro, y le sorprendió leyendo en silencio. Hasta entonces la lectura normal, ordinaria, se hacía siempre en voz alta. San Ambrosio fue pues el primer lector silencioso.