Respuestas
Erase una vez una tortuguita que todo le salia mal,y siempre se lamentaba por ello; pues siempre llegaba tarde, era la última en terminar sus actividades, y nunca fue rápida y todo el tiempo dormía de más.
Un día se propuso cambiar, cansada de que todos sus compañeros la rechazaban por su poco esfuerzo para hacer sus actividades, decidió hacer algo diferente.
Optó por dejar de hacer las cosas que constantemente realizaba, como la de amontonar hojas secas caídas de los árboles, o quitar las piedras del camino hacia el charco.
Se propuso que se dedicaría a jugar, divertirse y descansar, porque decía que sus compañeros harían ese trabajo.
Pero una hormiguita paso por su camino y le dijo que esa no seria una gran idea, que lo que verdaderamente importaba era que realizara lo mejor que pudiera cada una de sus actividades, y que la recompensa seria haberlo terminado; es así como ella le explicaba que no todos los trabajos necesitaban de obreros rápidos, sino de que cada labor necesitaba de esfuerzo y de tiempo para culminarla, que si no lo intentaba nuca sabría si seria capaz de hacerlo y siempre se iba a quedar con la duda.
Y le aconsejaba que era mejor intentarlo y no conseguirlo que no probar y vivir siempre con la duda, pues en la vida debemos tener presente que la constancia y la perseverancia son las mejores aliadas para conseguir lo que queremos.
La tortuga le responde con emoción, que eso era lo que ella necesitaba motivación para que le ayudara a comprender el valor del esfuerzo, !lo intentaré!
Al fin empezó a hacer lo que la hormiga le había dicho, y se sentía feliz de que cada día lograba un poquito de lo que se proponía, se esforzaba en todas sus tareas, y decía que lo importante no era marcarse una meta sino acabar con las pequeñas tareas para conseguir grandes recompensas.
Ahora vamos a escribir un cuento que tenga seis párrafos
Título: El pichón de las reinitas
Primer párrafo:
Un hermoso día, con un sol radiante, paseaba por el jardín como todas las mañanas, regando las plantas, revisando las flores para cuando llegara el colibrí, colocando semillas de alpiste para los pájaros, frutas para los fruteros.
Segundo párrafo:
En un momento me quede observando y entre la grama brincaba sin parar un pichón de una reinita, era tan pequeña, pero con tanta energía que no se dejaba atrapar.
Tercer párrafo:
El gato blanco, peludo, grande y hermoso, de ojos azules; la mascota de la casa, lo llamamos Cotton, porque parece una mota grande de algodón. Estaba muy pendiente de que en ese momento no llegara Cotton y usara sus estrategias de caza con el pequeño pajarito.
Cuarto párrafo:
De pronto se me ocurrió, buscar una pequeña jaula que estaba guardada desde hace mucho tiempo, y la coloqué en una rama, donde pude visualizar a los padres, llamando por medio de un sonido único de las reinitas a su pichón que a su vez trataba de volar hasta ellos.
Quinto párrafo:
Cerca del jardín pasó Juan, un vecino de la cuadra, yo al verlo le dije: - ¡Juan, ayúdame y trae una sábana, rápido, por favor!, él, observando y sin saber lo que ocurría, trajo la sábana y entre los dos cubrimos al pichón, luego, con mucho cuidado colocamos al pajarito en la jaula que no tenía puerta.
Sexto párrafo:
Nos alejamos del árbol y escondidos detrás de los arbustos para ver qué ocurriría, el pichón no dejaba de emitir muchos sonidos y los padres se acercaron con mucho miedo y siempre alerta, para ver si su hijo estaba bien, luego de un buen rato, salieron los tres y se fueron brincando de rama en rama hasta que no pudimos observarlos más.
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