• Asignatura: Castellano
  • Autor: Anónimo
  • hace 1 año

un artículo de opinión sobre la discriminación racial ​

Respuestas

Respuesta dada por: sandramagallon1979
0

Explicación:

dependiendo del criterio de cada persona en el mio viene siendo que lo hacemos sin sentido ya que no me importa tu raza tu sexo ni porque hablas de eso ni de donde vengas

Respuesta dada por: breinerprieto40
6

Respuesta: Reproducimos hoy, una jornada después del Día Internacional contra el racismo y la xenofobia, de dos artículos de opinión publicados en medios malagueños por Málaga Acoge. El primero es el de Adela Jiménez, presidenta de Málaga Acoge titulado Un peligroso camino y publicado en el diario Málaga Hoy. El segundo es el de Nacho Sánchez, técnico de comunicación de Málaga Acoge, titulado Yo no soy racista, pero… publicado en La Opinión de Málaga.  

UN PELIGROSO CAMINO, por Adela Jiménez.

ES una alegría visitar los poquitos corralones que quedan ya en pié en Málaga. Sobre todo en esa semana que cada año se les dedica especialmente a ellos y cuando llegas están de punta en blanco, todo recién pintado, preciosos, coloridos. Pero lo mejor de todo no es eso: es ver cómo los vecinos pasan en esos espacios comunes tanto tiempo, charlando, debatiendo, disfrutando del tiempo, compartiendo sus vidas. Lástima que esos patios de vecinos donde todo es común (casi literalmente) estén desapareciendo. Lugares donde la charla era el bien común sin tantos cacharros tecnológicos, donde decir hola y adiós a la familia de enfrente era lo mínimo. Un espacio donde es habitual compartir el pan y más de un puchero. Una casa propia pero abierta a otros. Y nada de dudar en pedir sal o azúcar o la bombona si hace falta al vecino. Esa hospitalidad andaluza, española, latina. Una hospitalidad que, si no lo remediamos, no sólo terminará por la destrucción de los corralones. Si no que está perseguida legalmente. El Gobierno quiere introducir la hospitalidad en un lugar tan poco apetecible como el Código Penal: la reforma del texto de este documento pretende criminalizar esa buena vecindad, echar una mano a quien tenemos al lado. Y es algo tan absolutamente criticable como denunciable y peligroso para nuestra sociedad.

Peligroso, sí. Y mucho. Porque es comenzar un mal camino que nos llevará, siempre, a destinos indeseados. Si acoger a una persona en situación administrativa irregular -recuerden, se trata de un simple proceso burocrático, administrativo- puede convertirse en delito; si puede serlo también darle de comer o pagarle un billete de autobús a una ciudad donde un familiar, amigo u entidad social lo van a acoger. Si empezamos por ahí, nunca sabremos cómo parar.

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