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Las infecciones del tracto urinario son, después de las del aparato respiratorio, las más frecuentes en la practica clínica diaria. Afectan principalmente a mujeres jóvenes, siendo Escherichia coli el microorganismo implicado con mayor frecuencia en este tipo de infecciones.
El objetivo del tratamiento será hacer desaparecer la sintomatología y eliminar la bacteria del tracto urinario. En este trabajo se realizará una revisión acerca de la anatomía del aparato urinario, así como de las infecciones provocadas en las distintas estructuras para poder abordar y aconsejar al paciente.
ANATOMÍA DEL APARATO URINARIO
El aparato urinario está formado por una serie de estructuras que tienen como finalidad recoger de todo el organismo las sustancias de desecho resultantes de los procesos bioquímicos y metabólicos que permiten el mantenimiento de la vida. Lo forman los siguientes órganos (fig. 1):
Fig. 1. Anatomía del aparato urinario
Riñones
Formaciones macizas situadas en la región lumbar, una a cada lado de la columna vertebral, de color pardo rojizo. Se encargan de la formación de la orina.
Uréteres
Son dos largos conductos que unen los riñones con la vejiga urinaria, transportando hacia ésta la orina. Presentan una capa mucosa que reviste internamente el uréter y una capa muscular que proporciona al uréter su capacidad contráctil.
Vejiga
Almacena la orina fabricada por los riñones hasta que llegue el momento adecuado para verterla al exterior. En su parte inferior se abre el orificio uretral, que la pone en comunicación con la uretra.
Uretra
Estructura que drena la orina de la vejiga. En la mujer mide unos 3 cm de largo y en el varón 20 cm, comenzando en la vejiga y perforando la próstata.
ETIOLOGÍA
El 1% de los niños y el 3% de las niñas presentan una infección del tracto urinario sintomática en los primeros diez años de vida. En las etapas preescolar y escolar, la bacteriuria, cuando se detecta en varones, suele ir asociada a la existencia de anomalías congénitas. La presencia de bacteriuria en la niñez condiciona un mayor riesgo para el desarrollo de infección urinaria sintomática en la vida adulta.
Aproximadamente, entre el 1 y el 3% de las mujeres jóvenes presenta al menos un episodio de infección del tracto urinario, de los que la mayor parte son cistitis no complicadas. En las mujeres, la actividad sexual, la alteración de la flora vaginal y uretral por el uso de diafragma y espermicidas y el uso de anticonceptivos orales y antibióticos son factores que favorecen la aparición de infección urinaria.
Durante el embarazo aumentan los casos de infecciones urinarias sintomáticas debido a las alteraciones anatómicas y funcionales que presentan las vías urinarias en esta situación. Hay un mayor riesgo de pielonefritis, siendo la incidencia de 1-4%. Este problema ha de ser estrechamente vigilado en el embarazo.
Las infecciones del tracto urinario son raras en varones por debajo de los 50 años. Generalmente, su aparición se ha considerado indicativa de una anomalía de las vías urinarias.
Se han descrito excepcionalmente infecciones no complicadas en varones entre 20 y 50 años, siendo los factores de riesgo las prácticas homosexuales y las relaciones sexuales con mujeres altamente colonizadas.
Tras la menopausia, las mujeres suelen estar más predispuestas a la infección, ya que la pérdida de estrógenos conlleva un aumento del pH vaginal que produce una alteración de la flora endógena.
Más del 20% de las mujeres de más de 65 años presentan bacteriuria. En los varones también se observa más prevalencia con el aumento de la edad, fundamentalmente por causa prostática.
CLASIFICACIÓN DE LAS INFECCIONES URINARIAS
En el subgrupo de infecciones urinarias de las vías bajas destacan:
Explicación: