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Respuesta:
La muerte de Atahualpa y todos los sucesos que la rodearon, están comprobados por crónicas y documentos oficiales de la época, por testimonios y cartas particulares de los conquistadores y por otros documentos, públicos y privados, que coadyuvan a restablecer la cronología y la secuela de hechos que antecedieron o siguieron a la ejecución del Inca. Pero, aparte de estos documentos, hay una profusa leyenda, principalmente de origen quiteño, que inventa episodios que no constan en ningún documento o crónica. Desde el día siguiente de la muerte de Atahualpa, el pueblo indígena comienza a trabajar poéticamente sobre el final del Inca y la tragedia de Cajamarca. Los soldados de la conquista, afectos también a las alucinaciones fantásticas, colaboran en la difusión de esas creaciones novelescas y las trasmiten más tarde a las crónicas. El pueblo indígena no puede aceptar la derrota y muerte de su Inca y señor, sin darle una explicación plausible y surgen las leyendas de la profecía de Huayna Cápac, sobre la llegada de los Viracochas y la próxima pérdida del Imperio, las versiones de pronósticos siniestros de los oráculos o las calpas y de la aparición de sacacas o cometas fatídicos.
Explicación:
CAROL