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“Nada de niños, profesora…, ¡constituyentes en primaria!”, enuncia quien, al parecer, se encuentra en un salón de clases rodeado por sus compañeros. Esa es una respuesta a la sentencia de la docente, quien solicita orden en el lugar: “¡Niños, compórtense!”. Mientras tanto, en la misma escena, un hombre de traje, bigote tupido y ceño fruncido –con tintes de político– fisgonea por la puerta del aula.
El anterior es un relato contado con trazos que, entre la ironía y el humor, exponen una realidad política coyuntural para Colombia a principios de la década de 1990. Los chicos de la papeleta es un texto gráfico contado desde el pincel de Héctor Osuna, uno de los caricaturistas políticos más destacados en el país, quien desde una opinión gráfica representa su percepción frente a la Séptima papeleta, el movimiento liderado por estudiantes universitarios que derivó en la Asamblea Nacional Constituyente.
Precisamente, caricaturas como la de Osuna, producidas en pleno cambio constitucional entre 1990 y 1991, inspiraron a Diana Paola Gil Guzmán para que viera en la caricatura política una oportunidad para realizar, enmarcada en la historia cultural del derecho, su trabajo de grado como abogada de la Universidad EAFIT.
“Anteriormente, el derecho era estudiado bajo una mirada autorreferencial, es decir, desde sus propias categorías y conceptos abstractos sin tener en cuenta el entorno social. Por eso, no partí de ese concepto, sino de uno que no fuera tradicional u ortodoxo”, explica Diana.
En el proceso de investigación, la eafitense encontró estudios sobre derecho y su relación con la literatura y con el cine, lo que le dio luces para detectar semejanzas con la caricatura política. En dicho contexto, la caricatura, al estar compuesta por texto e imagen –ambos cargados de sarcasmo, metáforas y símbolos–, requiere, al igual que el derecho, una interpretación. Además, ambos tratan de la realidad: el derecho desde la regulación de la conducta humana y la caricatura desde la sátira.
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