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Los periodistas necesitan entender las estrategias que usan los partidos políticos para comunicar sus mensajes a través de los medios. Esto es importante por dos razones, la primera para asegurar que no están siendo manipulados, y la segunda para que puedan revelar y explicar estas estrategias a sus audiencias.
Actualmente se habla mucho sobre los “portavoces o asesores de la comunicación” de los partidos políticos o candidatos y otras armas mediáticas supuestamente innovadoras. Pero aunque las técnicas precisas puedan haber evolucionado en la era del teléfono celular y la computadora de mano, los enfoques que adoptan los partidos para las campañas electorales no han cambiado mucho a través de los años. Esto podría ser resumido como a continuación se describe:
Establecer la agenda. Muy a menudo los partidos políticos o candidatos que compiten, contienden en territorios – intelectuales y físicos – escogidos por ellos mismos. Un partido puede pelear la elección tomando como tema, digamos, el manejo de la economía, mientras que otro podría hacerlo desde la perspectiva de la seguridad nacional. El éxito de la estrategia de su campaña yace en qué tanto hacen que los medios hablen sobre el tema central de su campaña y del partido y eviten que se hable del tema que el rival maneja. Los periodistas necesitan estar atentos a estas intenciones y tratar de enfocarse en lo que ven como un asunto de genuina prioridad para los electores.
Usar noticias blandas para obtener votos. Esta táctica es tan antigua como la política. Los políticos estrechan manos, besan a bebés, toman una cerveza, juegan fútbol o cualquiera que sea una manera culturalmente apropiada de mostrar que ellos son, en su totalidad, miembros de la raza humana. Los electores saben que estas oportunidades de noticias blandas son creadas, sin embargo funcionan para darles a los políticos un rostro más humano. Mejor aún, ellos pasan mucho tiempo evitando asuntos que pueden ser potencialmente dañinos. Los periodistas enfrentan un dilema; ya que, éstas noticias no son propiamente noticias, pero se arriesgan a que sean la primicia de los medios rivales si no se encargan de ellas. Esta es una razón porque gran parte de la cobertura electoral es superficial y no informativa.
Cambia el tema. Este asunto está relacionado a los dos anteriores. Cuando hay eventos que pueden perjudicar al candidato de un partido, ellos rápidamente buscaran cambiar el enfoque de los medios a otro tema: al besar bebés, destacando los defectos del otro partido o resaltando las promesas electorales; en general, pueden hacer cualquier cosa para evitar noticias negativas. Los partidos interesados están especialmente preparados para hacer esto, ya que pueden crear eventos oficiales o anuncios que crearán distracción.
Mantener su nombre en las noticias. Pero a pesar del punto anterior, todos los directores de comunicación trabajan bajo el supuesto que no hay peor cosa como la mala publicidad. Hay un elemento de verdad en esta proposición durante las elecciones. Nadie nunca ha votado por un candidato del que no haya oído hablar.
Poner noticias negativas sobre la oposición. La actitud hacia las campañas políticas negativas varía enormemente dependiendo de la cultura política. Sin embargo, en muchos casos las agresiones frontales a un candidato rival son mucho menos efectivas que poner, inteligentemente, noticias negativas sobre un partido o candidato rival. Este es el arte de alimentar a los medios, y consecuentemente a las masas, con noticias negativas, el cual se ha venido desarrollando velozmente a partir del surgimiento de los “portavoces o asesores de comunicación”. La responsabilidad del periodista, cuando se enfrenta a noticias negativas, es preguntarse: ¿Quién me está diciendo esto, y por qué?