Confesiones de un pequeño filósofo, Azorín
Azorín, a raíz de la muerte de Justina, abandonó el pueblo y vino a Madrid. En Madrid, su pesimismo instintivo
se ha consolidado; su voluntad ha acabado de disgregarse en este espectáculo de vanidades y miserias […]. Azorín, en el
fondo, no cree en nada, ni estima acaso más que tres o cuatro personas entre las innumerables que ha tratado. Lo que
le inspira más repugnancia es la frivolidad, la inconsistencia, la indiferencia de los hombres de letras. Tal vez este sea un
mal que la política ha creado y fomentado en la literatura. No hay cosa más abyecta que un político; un político es un
hombre que se muere mecánicamente, que pronuncia inconscientemente discursos, que hace promesas sin saber que
las hace, que estrecha manos de personas a quienes no conoce, que sonríe siempre con una estúpida sonrisa
automática… Esta sonrisa, Azorín la juzga emblema de la idiotez política. Y esa sonrisa es la que ha encontrado también
en la política y en la literatura.
Su espíritu anda ávido y perplejo de una parte a otra; no tiene plan de vida; no es capaz del esfuerzo sostenido;
mariposea en torno a todas las ideas; trata de gustar todas las sensaciones. Así en perpetuo tejer y destejer, en
perdurables y estériles amargos, la vida corre inexorable sin dejar más que una fugitiva estela de gestos, gritos,
indignaciones, paradojas…
Porfavor me dan su opinion respecto al tema y lo que entendieron de el
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Con esta obra Azorín cierra la trilogía autobiográfica que inició con La voluntad, cuyo protagonista presenta el tema de la formación del intelectual y de su lucha contra el medio, así como el conflicto entre acción.
Explicación:
:D
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